Cartas al Director

Señor Director:


El fallo de la Corte Suprema sobre la Central Castilla generará, según mi opinión, serias repercusiones para el país que aún no se logran visualizar.

El fin de la certeza jurídica que este fallo implica no va a pasar desapercibido para quienes tienen que decidir invertir en Chile, en proyectos que requieran de la aprobación de la institucionalidad que estaba vigente en materia medioambiental. Sin certeza jurídica será difícil atraer inversionistas, porque a nadie se le puede exigir que asuma el riesgo de invertir cuatro años en aprobar un proyecto, para que después, ante un recurso presentado por un pequeño grupo de personas que no logra un acuerdo satisfactorio a sus pretensiones, el máximo tribunal del país derogue todo lo aprobado y le demande al proyecto tener que empezar de nuevo.

Lo grave de esta señal no es tan sólo lo que le pasó a la Central Castilla, sino que también la contaminación cruzada que puede causar en el ambiente financiero, porque así como pasó con la institucionalidad medioambiental, ¿quién podrá asegurar de cara a cualquier inversionista que esto no podría suceder en otras áreas de la economía, frente a reclamos de ciudadanos que por alguna razón no están de acuerdo con un proyecto? 
Sin duda alguna que la imagen de seriedad del país, que tanto ha costado construir, se verá severamente dañada por un fallo que cambió todas las reglas del juego y que de paso terminó con una institucionalidad que por el momento no se sabe qué rumbo va a tomar.

Sin certeza jurídica entonces, ¿quién querrá invertir?


Jaime Jankelevich




Señor Director:


En el marco de la discusión del proyecto de Reforma Tributaria, ningún parlamentario se ha atrevido a defender una rebaja de impuestos a las personas en Chile. Cabe destacar que el proyecto original contemplaba una disminución del tramo máximo del 40% al 36%.

Al respecto, me siento en la obligación de recordar a nuestros legisladores que el Impuesto a la Renta que afecta a toda la inversión extranjera en Chile, tiene como tasa máxima un 35%.

Eso significa que, teniendo la facultad de crear o modificar las leyes, decidimos mantener tasas más altas para los chilenos y más bajas para los inversionistas foráneos que obtienen las mismas utilidades en nuestro país. Entonces: ¿por qué no igualar la tasa máxima del Impuesto Global Complementario a la tasa máxima del Impuesto Adicional en un 35%?... ¿O es muy tonto lo que estoy diciendo? 


Manuel Mánquez H.



Socio, Mánquez Hatta Consultores Tributarios




Señor Director:


Llama la atención el despegue que están teniendo las universidades corporativas, tanto a nivel mundial como local.

En Chile, si bien se trata de una tendencia que está recién naciendo, el panorama es bastante auspicioso. Las empresas se están preocupando por capacitar a sus equipos y existe una mayor conciencia de los beneficios asociados a la educación continua.

De acuerdo a las últimas cifras publicadas por el Sence (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo), en nuestro país, la inversión anual en capacitación asciende a los cerca de US$ 250 millones, siendo la Región Metropolitana la que más invierte en esta materia.

Asimismo, más de 22 mil empresas capacitan a sus trabajadores entendiendo que toda capacitación contribuye al perfeccionamiento integral de las personas, más aún, si esto se hace con un sentido estratégico y a largo plazo, desarrollando equipos más comprometidos y motivados.



María José Gutiérrez


Gerente general eClass




Señor Director: 


En referencia a las peticiones para la asamblea constituyente sugeridas por el Sr. Guiloff en su carta del miércoles, encuentro inaceptable el no mencionar al menos diez días más de feriados adicionales anuales y ojalá irrenunciables


Benjamin Kaufmann