Cartas

Cartas al Director

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FMI y ajuste en crecimiento de Chile I

Señor Director:

En su diario de 13 de Abril aparece una declaración de la Sra. Lagarde directora del Fondo Monetario Internacional pronosticando a la baja el crecimiento del producto mundial para este año, estimado que sería de sólo 3,2%. Este es el valor promedio ponderado de todas las naciones, entre las mejores y las peores, es lo regular.

El mismo informe le asigna a Chile un crecimiento de 1,5%, bastante menos que lo regular, es decir malo. Si lo comparamos con nuestro crecimiento de los últimos 30 años, no es malo, es de lo peor; con esto, será el tercer año muy malo consecutivo.

Las actuales autoridades, junto con promover la lucha de clases, desde hace un año pretenden que les creamos que este pésimo crecimiento es momentáneo, y que el resultado de sus “reformas” traerá a futuro un crecimiento extraordinario. El mal desempeño actual es el precio anticipado por el solo anuncio de sus “reformas”; lo que realmente vendrá cuando éstas estén en plena aplicación será igualmente malo o peor; es lo mismo que vimos respecto del crecimiento de los 6 países más socialistas de Sudamérica en el diario de 13 de abril, son los 6 peores. Como he sostenido, la clase política gobernante, reclinada sobre el abrevadero fiscal, se prepara para perpetuarse en el poder administrando la escase en nombre de la igualdad.

Joaquín Melgarejo G.
FMI y ajuste en crecimiento de Chile II

Señor Director:

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de corregir a la baja la tasa de crecimiento económico esperada para Chile en 2016, pasando de un 2,1% como preveía en enero, a tan sólo un 1,5% transcurrido el primer trimestre de este año. Pero eso no es todo, pues el FMI espera un nivel de recuperación muy lento en el crecimiento de la actividad económica, donde recién en 2021 alcanzaríamos una cifra en torno al 3,4%. Esta tasa de crecimiento aún se encontraría por debajo de la tasa de crecimiento del PIB tendencial definido para 2016 del 3,6%, reconociendo con ello que el bajo dinamismo local no es un problema puntual o coyuntural de corto plazo. Algo mucho más delicado, nos encontramos sumergidos en un problema de trayectoria de crecimiento económico de mediano y largo plazo.

Lo anterior se reflejaría en la tasa de desempleo, pasando de un nivel promedio de 6,2% en el 2015 a un 6,8% para este año, y de 7,5% para 2017.

Sobran las razones internas y externas para esperar un escenario económico desfavorable para este año, que también afectaría el resto de esta década. Internamente, estamos en medio de una crisis de confianza de los agentes económicos en relación al funcionamiento de las instituciones. Y carecemos de una verdadera agenda país de pro crecimiento y empleo que fomente mayores niveles de productividad total de la economía.

En el plano internacional, el Fondo Monetario Internacional pronostica que el mundo crecerá cercano al 3,2% en 2016, destacando China con un 6,5%, que si bien es elevado, se enmarca en un contexto de descenso sostenido. A su vez, el organismo internacional prevé una recesión en países latinoamericanos como Brasil (-3,8%), Argentina (-1,0%), Ecuador (-4,0%) y Venezuela (-8,0%), debido principalmente a la incertidumbre de sus propias crisis políticas y a la caída en el precio internacional de las materias primas.

Así, el FMI visualiza una situación económica más bien estrecha de nuestro país, no tan sólo para el presente sino también para su futura evolución. Nuevamente vale la pena preguntarse qué cosas están a nuestro alcance como país y qué estamos dejando de hacer para revertir esta situación.

Cómo perdimos una trayectoria de crecimiento económico que llevó a erradicar los niveles de pobreza absoluta. Y qué cosas se ven objetivamente desde afuera y que no logramos dimensionar aquí adentro.

Mario Valenzuela
Vicedecano Facultad de Economía y Negocios de Universidad San Sebastián

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