Desde la salmonicultura chilena, una respuesta
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Señora Directora:
En esta sección, Oceana se refirió a la salmonicultura chilena, pero sus argumentos nacen de premisas erradas. Consideramos fundamental la transparencia y la entrega de información rigurosa a la población.
El proyecto de ley sobre escapes contiene varios aspectos positivos: un enfoque preventivo, refuerza la seguridad, permite el apoyo de pescadores artesanales en la recaptura y establece monitoreo científico e investigación para evaluar posibles impactos ambientales. Las sanciones no se aprobaron pues fueron consideradas excesivas y se aplicaban incluso sin que los productores tuviesen responsabilidad del evento, siendo que las empresas son las más interesadas en cuidar que no se escapen los peces, uno de sus principales activos.
La carta omite también que la salmonicultura chilena tiene exigencias regulatorias y estándares muy similares a los otros productores del mundo. En Chile, cerca del 66% de la producción de salmón tiene el estándar internacional ASC, certificación que acredita procesos social y ambientalmente responsables versus el 51% de Noruega. Además, el programa Seafood Watch de Monterey Bay Aquarium otorga un mayor puntaje en la evaluación de sustentabilidad a Chile que a dicho país.
En el sur de Chile se produce un salmón de primera calidad, cotizado en el mundo, que distingue a nuestro país internacionalmente, y que es posible gracias a miles de chilenos, conocedores y amantes de su tierra y del mar, así como miles de proveedores de la cadena productiva.
Joanna Davidovich
directora ejecutiva del Consejo del Salmón
