Deuda ambiental de las empresas públicas
Señor Director:
La acusación de la Superintendencia de Medio Ambiente a ENAP por exceder límites de descarga de residuos líquidos al mar es un recordatorio urgente de que las empresas públicas deben liderar el cumplimiento ambiental, no incumplirlo.
Chile se ha comprometido con metas climáticas y de sostenibilidad ambiciosas a nivel internacional. Si nuestras empresas estatales —propiedad de todos— no cumplen rigurosamente con la normativa interna, ¿qué credibilidad tiene nuestro compromiso global?
Las corporaciones públicas tienen el deber de liderar la transición ecológica. Su rol es dar el ejemplo, invirtiendo en sostenibilidad y demostrando una responsabilidad proactiva. No podemos permitir que el Estado exija lo que sus propias instituciones no están dispuestas a cumplir. El cumplimiento ambiental no es negociable; es un imperativo cívico.
Carlos Esse
Director del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible, U. Autónoma
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