En octubre, cuando los socios de McKinsey & Co. se reunieron en Chicago para celebrar sus 100 años de vida de la firma, su jefe máximo, Bob Sternfels, lanzó un llamado a la acción. “Vamos a patear traseros en nuestro segundo siglo”, dijo ante miles de asistentes. Pero lejos de las celebraciones en la ciudad que la vio nacer, los jefes de McKinsey han transmitido un mensaje más pragmático: es hora de abaratar costos.
La dirección de la firma ha dicho a gerentes de departamentos de soporte y que no interactúan con clientes de que deberán recortar alrededor de 10% del personal en esas áreas, según personas con conocimiento del tema. Eso podría implicar unos pocos miles de despidos que McKinsey aplicaría de manera escalonada durante los próximos 18 a 24 meses, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas porque los detalles son privados.
Para McKinsey, la asesora de referencia para empresas y gobiernos, se trata del tipo de recorte de costos que sus propios consultores suelen recomendar a los clientes. El crecimiento de los ingresos de la firma se ha estancado en los últimos cinco años, lo que llevó a un replanteamiento después de una década de contrataciones aceleradas.
“Nuestra firma cumple 100 años y operamos en un momento marcado por rápidos avances en IA que están transformando los negocios y la sociedad”, dijo un portavoz de McKinsey. “Así como colaboramos con clientes para fortalecer sus organizaciones, estamos en nuestro propio proceso para mejorar la efectividad y eficiencia de nuestras funciones de soporte”.
Aún es temprano para medir el impacto neto en la cantidad de empleados, dijo el vocero. De 2012 a 2022, la plantilla de la firma pasó de 17.000 a un máximo de 45.000 trabajadores. Desde entonces, ha bajado a alrededor de 40.000.
Los ingresos totales se han mantenido entre US$ 15.000 millones y US$ 16.000 millones en los últimos cinco años, aunque Sternfels dijo a los socios que la compañía está registrando crecimiento.
La empresa aún planea contratar más consultores mientras reduce funciones de soporte, señalaron las personas. McKinsey no ha asignado un nombre clave al plan esta vez. En 2023, su plan llamado de forma interna Project Magnolia, para recortar alrededor de 1.400 empleos, causó inquietud entre los trabajadores, dijo una de las personas.
Período desafiante
La industria de consultorías está pasando por un punto de inflexión. McKinsey fue fundada por James McKinsey, profesor de contabilidad de la Universidad de Chicago, en 1926, primero ofreciendo asesoría a un procesador local de carne. Desde entonces, ha reunido una envidiable lista de clientes, desde grandes corporaciones como Coca-Cola Co. y Goldman Sachs Group Inc. hasta gobiernos de todo el mundo.
Esa enorme red de influencia quedó a la vista en la reunión anual de socios en octubre, que también sirvió como el inicio de la celebración del centenario de McKinsey. El presidente de Rio Tinto, Dominic Barton; el director ejecutivo de Visa Inc., Ryan McInerney, y la exsecretaria de Estado de EEUU Condoleezza Rice, estaban presentes, según personas con conocimiento del evento. La estrella de televisión Oprah Winfrey hizo una aparición sorpresa.
En el escenario, Sternfels dijo a sus colegas que la firma estaba finalmente lista para dejar atrás años de crecimiento mediocre. “Quiero preguntarles: ¿están entusiasmados con nuestra misión? ¿Sienten que tenemos una buena oportunidad?”, exhortó ante la multitud, antes de asegurarles que los buenos tiempos llegarán para quienes respondan que sí. Sternfels está en la mitad de su segundo período de tres años como socio director global de McKinsey, el líder de facto.
Aun con su influencia desproporcionada, McKinsey atraviesa un período desafiante para la industria. Muchos clientes están más conscientes de los costos, obligando a la compañía a lidiar con una desaceleración en la demanda de sus servicios tradicionales.
McKinsey, EY y PwC han estado recortando empleos en los últimos años para enfrentar la caída. El mes pasado, McKinsey redujo alrededor de 200 puestos tecnológicos globales mientras se suma a otros competidores que usan inteligencia artificial para automatizar algunas funciones.
En los últimos meses, Accenture Plc advirtió que el plan del presidente de EEUU, Donald Trump, de recortar el gasto gubernamental en consultoría afectará su crecimiento. Otros mercados también generan obstáculos. En China, el gobierno ha desalentado el uso de consultoras internacionales en favor de firmas locales.
McKinsey también ha sido afectada por decisiones en Arabia Saudita, donde el gobierno está reduciendo los pagos a consultoras por diversos proyectos en el reino. En los 10 años hasta 2024, McKinsey ganaba al menos US$ 500 millones al año en honorarios provenientes del país, dijo una persona familiarizada con el tema, lo que lo convertía en uno de sus mayores clientes.
Sternfels, sin embargo, ha mostrado un tono más optimista, reiterando que la firma estaba lista para dejar atrás tropiezos y una serie de escándalos que dañaron su imagen.
McKinsey ha debido enfrentar reacciones adversas en EEUU por su trabajo en China y Arabia Saudita, y aún lidia con sus pasadas asesorías a algunos de los mayores fabricantes de opioides del mundo. La firma tuvo que pagar cientos de millones de dólares en sanciones civiles y acuerdos legales para resolver acusaciones de que ayudó a impulsar la mortal epidemia de drogas en EEUU.
“Siento que colectivamente hemos enderezado nuestro rumbo”, dijo Sternfels a sus colegas en Chicago.