El fin del eje Oriente
Señor Director:
La cancelación del futuro centro comercial en Vitacura puede leerse como un revés puntual, pero es el síntoma más visible del desplazamiento del desarrollo urbano desde un eje hiperconcentrado en torno a las mismas tres avenidas del sector oriente, hacia una red mucho más policéntrica, un proceso que se venía incubando hace años en Santiago.
Lo que antes era una ventaja competitiva, hoy es una barrera estructural que no implica un declive, sino un reequilibrio. La demanda se está moviendo hacia dónde vive la gente. Chicureo, Colina, Lampa, Buin, Padre Hurtado son zonas donde el crecimiento demográfico supera con creces la oferta actual de servicios esenciales como trabajo, comercio, salud y educación, los que requieren situarse a una distancia razonable para mejorar la calidad de vida y fortalecer las comunidades de barrio.
Otro aprendizaje igualmente relevante es que no basta con cumplir la letra técnica, sino que también hay que anticipar la diversidad de exigencias y coordinar desde etapas tempranas a todos los actores públicos y privados. Y en un escenario donde la ciudadanía influye de forma creciente en decisiones administrativas, la licencia social es una dimensión ineludible.
Santiago está dejando atrás la idea de un único “sector oriente” dominante. Y esa, al final, es una buena noticia, pues una ciudad más equilibrada es una mejor para todos.
Joaquín Konow
Gerente de Desarrollo, EBCO Desarrollo y Rentas
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