Cartas

Inteligencia artificial y derechos fundamentales

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Señor Director:

La célebre frase de Sigmund Freud, “el hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”, podría adquirir un nuevo sentido en la actualidad debido al ingreso acelerado de la inteligencia artificial (IA) tanto a nivel de industria como en relación con el impacto que este tipo de herramientas puede tener en la vida privada de las personas. Y es que tal como lo visibilizó la orden presentada en octubre del año pasado por la presidencia de USA, la IA irrumpe en materias de seguridad nacional, educación, privacidad, propiedad, y justicia, entre muchos otros, por lo que resulta válido entonces preguntarse cuál es el límite.

El proyecto de ley que busca regular los sistemas de inteligencia artificial comparte características con la regulación de la UE y la OCDE, pues propone un marco regulatorio basado en principios, y califica los riesgos aparejados a los sistemas de IA según sus características.

Ahora bien, las sanciones que considera, la forma en que podrían imponerse, y la interpretación armónica del proyecto en sí y su mensaje, reflejan una visión amplia entorno al bien jurídico que se quiere proteger pues, más allá de ciertos aspectos puntuales, en el fondo se encuentra la protección a los derechos fundamentales de las personas.

Ese gran alcance impone el desafío de una discusión altamente técnica, compleja y omnicomprensiva, que deberá ponderar correctamente lo que está en juego: nuestros derechos esenciales como individuos que conforman parte de la sociedad.

Pablo Flores

Director KPMG Law en Chile

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