Una vez más, el capital ataca huyendo
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Señora Directora:
Mientras el peso chileno fue la moneda que más se depreció en el mundo el pasado mes de junio -muy por encima de otros países exportadores de commodities-, nuestras autoridades económicas achacan este fenómeno a la caída en el precio del cobre y a la apreciación global del dólar.
A mi parecer, lo anterior implica que parte no menor del rally que ha tenido el dólar en nuestro país en las últimas semanas se explica más bien por factores de incertidumbre y turbulencia internos, entre otras, de la reforma tributaria, en donde si bien sus detalles se conocieron hace pocos días, sus ejes ya se venían anunciado desde hace varias semanas, sobre todo en lo que dice relación con el establecimiento de un impuesto patrimonial a los “súper ricos” y el incremento en las tasas marginales de impuesto a la renta focalizado en profesionales y emprendedores.
En efecto, los mayores gravámenes involucrados en la reforma tributaria han impulsado y sin duda seguirán impulsando a muchas personas a reestructurar la residencia de sus activos inmobiliarios, financieros y empresariales, y, más aún, a cambiar en no pocos casos sus residencias tributarias hacia jurisdicciones que no sólo eventualmente cobren impuestos menos expropiatorios como los que plantea el Gobierno, sino que permitan resguardar de mejor manera la certeza jurídica de sus ahorros e inversiones.
En resumen, parte relevante del alza del dólar -y el consecuente empobrecimiento del peso- se explica por el fenómeno de un fuerte aumento de la demanda por la divisa norteamericana por parte de muchos ciudadanos que buscan proteger de mejor manera lo que han logrado con mucho trabajo.
No olvidemos que, al final del día, “el capital ataca huyendo”, tal como lo muestran experimentos similares a los que el actual gobierno está hoy impulsando en Chile, como los de Argentina, por ejemplo.
Roberto Darrigrandi U.
Economista
