Arquitectura sustentable: más allá de un concepto
Jaime Iglesis Director Ejecutivo Patagon Land
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Décadas atrás, pocos pensaban que fuese posible generar construcciones ambientalmente conscientes, pensadas bajo un diseño arquitectónico sustentable que optimizara los recursos naturales. Sin embargo, hoy las edificaciones con un enfoque ecológico son una realidad cada vez más presente, debido a los múltiples beneficios que nos ofrece la llamada arquitectura sustentable.
Y es que la construcción sostenible permite disminuir el consumo de energía, la producción de desperdicios y la inversión en mantención, aprovechando las condiciones geográficas y climáticas donde se emplazan las edificaciones, haciéndolas eficientes, económicamente asequibles y con buenos niveles de confort interior. Todo esto permitirá mantener una casa con la temperatura óptima tanto en invierno como en verano, haciendo que las personas no tengan que incurrir en elevados gastos de calefacción o refrigeración, y por tanto incrementando su ingreso per cápita y su poder adquisitivo.
De acuerdo a Schneider Electric, una edificación sustentable reduce, en promedio, 30% el uso de energía, 35% las emisiones de carbono y de 30 a 50% el consumo de agua, además de generar ahorros de 50 a 90% en el costo del manejo de los desechos.
Esta idea ha sido exitosa en Asia y Europa. En Chile, un buen ejemplo es el edificio corporativo Transoceánica, que fue la primera construcción en obtener la certificación Leed Gold en Chile, contribuyendo a que estemos en el top 10 de países con más edificios con certificación LEED del Green Building Council de EEUU.
Pero para seguir avanzando es necesario comprender que la arquitectura sustentable es capaz de proporcionarnos edificios que sean un aporte para la comunidad, perdurando e incluso mejorando con el tiempo a través del uso de materialidades que puedan embellecer el paisaje e integrarse de manera coherente y respetuosa con el entorno.
Por eso es fundamental que existan más incentivos que fomenten el levantamiento de proyectos con estas cualidades. De esa manera, la demanda de viviendas sustentables se verá fortalecida, logrando generar interés y un mercado competitivo. Para lograr este propósito, tanto las instituciones públicas como las privadas, y por supuesto los ciudadanos, debemos hacernos parte de este desafío, permitiéndonos ser creativos, audaces y conscientes del entorno en que vivimos, ya que su legado no sólo es económico y medioambiental, sino que social y cultural, algo que se traspasará a las nuevas generaciones y que posibilitará mirar al futuro integrando estos elementos.
Solo de esta manera podremos encaminarnos a una verdadera arquitectura consciente y llegaremos más allá de un mero concepto.