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Chile más vulnerable

Sergio Lehmann Economista jefe Banco Bci

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Domingo 4 de septiembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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Sergio Lehmann

Qué duda cabe, los desequilibrios macro incubados en 2021 por la adopción de políticas imprudentes, nos han llevado a una economía mucho más vulnerable de la que conocíamos. Estaremos pagando los costos de un populismo que se ha instalado en Chile en los últimos años, debilitando la institucionalidad, los fundamentos económicos, la capacidad de dar respuesta a las necesidades sociales y los desafíos que exige hoy un mundo más complejo.

Los desequilibrios se manifiestan en distintas dimensiones. La primera y más visible es una inflación alta y persistente, mucho más allá de lo que se había previsto, 80% de la cual está asociada a factores domésticos, resaltando un consumo privado que ha crecido de forma desmesurada hasta hace pocos meses y un tipo que cambio que recoge cambios estructurales frente al debilitamiento de fundamentos. Si bien se reconocen factores externos en la inflación, estos se han mantenido contenidos por los mecanismos de estabilización de precios de combustibles y limitaciones en la fijación para algunos servicios.

“Los mercados han tomado nota de la mayor vulnerabilidad de Chile, con un tipo de cambio en niveles especialmente altos, tasas de interés más elevadas en el mercado local, y mayores premios por riesgo en los mercados externos en los últimos meses”.

La segunda manifestación de desequilibrio está en las cuentas públicas. Tras un déficit de cerca de 8% del PIB en 2021, se hace necesario un ajuste importante en el gasto público, cautela hacia lo próximo y determinación para contener las presiones que se derivan de una larga lista de derechos sociales que se busca garantizar. Es importante en esta materia priorizar y orientar eficientemente los recursos para no profundizar los desequilibrios fiscales.

A pesar de una visión algo más optimista de Hacienda en esta materia, prevemos que la deuda pública convergerá hacia niveles más cercanos a 50% del PIB en los próximos años, consecuencia de una economía que ha visto debilitada su capacidad de crecimiento de largo plazo, producto de malas políticas, populismo e incertidumbre: 1,8% hoy versus el 3,5% que se proyectaba hace tres años.

Una tercera lectura de los desequilibrios que reconoce la economía chilena dice relación con el déficit de la cuenta corriente: 8,5% al segundo trimestre, una cifra enorme que exige ser corregida a la brevedad. Da cuenta de un gasto desmesurado en el último año y medio, en línea también con una fuerte caída en el ahorro nacional, especialmente empujada por los retiros de fondos de pensiones. Esto fue contrarrestado por ahorro externo, precisamente la contrapartida de la cuenta corriente. Nos dice que como país estamos gastando mucho más allá de lo que ingresa desde el exterior. Esto se ha financiado con deuda externa y uso de activos internacionales, debilitando nuestra solvencia.

Los mercados han tomado nota de la mayor vulnerabilidad de Chile, llevando al tipo de cambio hacia niveles especialmente altos, tasas de interés más elevadas en el mercado local, y premios por riesgo en los mercados externos que han escalado de forma importante en los últimos meses. Ello pone más dificultades para recuperar el ritmo de crecimiento de la economía una vez corregidos los desequilibrios económicos, debido a mayores costos de financiamiento.

La gran tarea del lado macro en lo que viene es, entonces, dar señales contundentes de estabilidad que apunten a ordenar rápidamente las cuentas públicas, contener las presiones de gasto fiscal, ajustar el consumo privado y fortalecer las señales que permitan recuperar la inversión. De no hacerlo, se compromete el bienestar de las futuras generaciones y se limitan las capacidades para hacerse cargo de las demandas sociales que se han hecho urgentes en los últimos años.

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