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Chile: ¿pasó lo peor?

Rodrigo Aravena González Economista Jefe – Banco de Chile

Por: Rodrigo Aravena González | Publicado: Lunes 15 de mayo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Rodrigo Aravena González

Sin duda hemos enfrentado una tensión significativa el último tiempo. Dada la cantidad de shocks y su severidad, podríamos pensar que los últimos cuatro años serán recordados como uno de los períodos más desafiantes, si no el más, al menos de nuestra historia reciente: la severa crisis social de 2019, que generó un cuestionamiento institucional sin precedentes; una pandemia que generó la peor recesión en décadas, con un efecto exacerbado por políticas muy expansivas que nos llevaron a cerrar 2022 con la mayor inflación desde 1991 y con un déficit externo en niveles históricos.

Pese a todo, hay elementos que aumentan la posibilidad de un mejor entorno macro para los próximos meses.

“La velocidad de recuperación macro no depende sólo de factores económicos: hoy, más que nunca, la política es un factor determinante en el devenir del país”.

Uno de ellos se relaciona con las mejores perspectivas de crecimiento. Si bien es cierto que las tasas anuales de expansión se mantienen aún en terreno negativo, es relevante consignar que en términos desestacionalizados han aumentado en el margen. Por ejemplo, de acuerdo a las cifras de Imacec, la economía se habría expandido un 3,9% anualizado al primer trimestre, creciendo por primera vez desde fines de 2021. Ello, junto con las mejores expectativas para algunos socios comerciales (como China), hace más probable que la economía vuelva a crecer, aunque a tasas aún modestas, desde el segundo semestre del año. Es decir, estamos ad portas de terminar la recesión actualmente en curso.

Otro factor es la inflación. Pese a que aún está en niveles muy elevados (9,9% en abril), hay varias razones que permiten pensar que también lo peor quedó atrás. Entre ellas, la recesión que ha enfrentado Chile desde el año pasado, la caída importante en la inflación externa y, más recientemente, el retroceso del dólar en el país, son factores que contribuirán a seguir alejándonos de cifras de inflación de dos dígitos y, muy probablemente, llegar a niveles no muy distintos de 5% a fines de 2023.

A ello se debe adicionar la altísima probabilidad de que el Banco Central inicie un proceso de recortes de tasas de interés en el corto plazo, pese a la mantención en 11,25% el pasado viernes. Con todo, no resulta descartable que tengamos un segundo semestre con más crecimiento, menos inflación y tasas de interés más bajas. Sin duda, un cuadro mucho más benigno que lo que hemos enfrentado los últimos años.

Sin embargo, debemos ser cautos y reconocer que la velocidad de recuperación macro no depende sólo de factores económicos: hoy, más que nunca, la política es un factor determinante en el devenir del país. Así, no podemos dejar de mencionar la importancia de que las actuales discusiones en curso realmente contribuyan a sentar las bases para retomar la senda al desarrollo que caracterizó a Chile las últimas décadas.

En este sentido resulta fundamental que el nuevo proceso constitucional preserve, e incluso fortalezca, un sistema político con una fuerte separación de los poderes del Estado, autonomía de instituciones claves, y que resguarde aspectos claves como propiedad y libertad en sentido amplio, entre otros. Ello no sólo es válido para el proceso constitucional en curso, sino que para la implementación de la agenda pública que enfrentamos. De esto, en gran medida, dependerá que la actual recesión haya sido sólo un ciclo de corto plazo y no el anticipo de un deterioro estructural del país.

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