Click acá para ir directamente al contenido
Columnistas

Crecimiento: ¡que no se nos pase la micro!

RODRIGO MONTERO Decano de Administración y Negocios, Universidad Autónoma de Chile

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 29 de octubre de 2025 a las 04:00 hrs.

Abundante debate ha habido en torno a qué hacer para que Chile logre levantar el vuelo y apuntalar así su alicaída tasa de crecimiento –el comité de expertos convocado por Dipres augura un crecimiento (PIB no minero) de 2,1% promedio entre 2026 y2030–. Han transcurrido dos años desde que la Comisión Marfán constató la importancia del crecimiento en términos de la política fiscal (cuestión tan de moda el último tiempo a propósito de los sucesivos incumplimientos de Hacienda en términos de balance estructural). Esta comisión concluyó que “sin crecimiento no se podrá avanzar sostenidamente en las aspiraciones de progreso social”; y agregó que cada punto más de crecimiento se traduce en holguras fiscales en torno a US$ 570 millones. De esta manera, las holguras adicionales llegarían a US$ 7.800 millones en 2034. En efecto, apostar por el crecimiento es socialmente rentable.

Por otro lado, en lo más reciente, un grupo transversal de destacados economistas, presentó “El Puente”, un libro que contiene un conjunto de propuestas destinadas a fortalecer la tasa de crecimiento. Se trata de medidas contundentes, y que sin duda darían un renovado brío a la actividad económica. Pero se debe reconocer que son medidas de largo aliento y de compleja tramitación. ¿Podemos hacer algo mientras tanto? Por supuesto: no olvidarnos de la micro.

“Podemos impulsar desde ya nuestra tasa de crecimiento y las holguras fiscales, simplemente revisando la microeconomía, y haciendo bien las cosas que estamos haciendo mal”.

Podemos impulsar desde ya nuestra tasa de crecimiento y las holguras fiscales, simplemente revisando la micro, y haciendo bien las cosas que estamos haciendo mal. Tenemos muchos ejemplos que, lamentablemente, apuntan en esa dirección. En términos de gestión de recursos fiscales, la contralora nos ha mostrado cómo optimizar el uso de los recursos aprovechando de mejor manera la tecnología (hemos podido ahorrar miles de millones de pesos en licencias mal gestionadas). Por otro lado, vemos con preocupación la enorme tasa de evasión que hay en el uso del sistema del transporte público, lo que podría calificarse como una suerte de “robo hormiga”.

También hemos sido testigos del tremendo costo que ha significado la famosa “permisología” en términos de menor inversión –se avanzó parcialmente con la nueva ley, pero sigue habiendo escollos importantes en términos de la gestión de los permisos–. Fortalecer la competencia en los mercados es otra tarea pendiente, para lo cual no se requieren grandes reformas, sino más bien robustecer la institucionalidad actual. Para muestra un botón: el mes pasado la FNE acusó ante el TDLC a siete empresas que procesan centolla en la Región de Magallanes, y a ocho de sus ejecutivos por haberse coludido.

Por otro lado, en lo más reciente nos hemos enterado que no hemos sido prolijos en el manejo del cálculo y el cobro de las cuentas de la luz, con las lamentables consecuencias que esto significa en términos de inflación y política monetaria. Tampoco fuimos eficientes en la gestión de los decretos tarifarios.

Por favor, ¡que no se nos pase la micro!

Te recomendamos