¿De qué nos deberíamos preocupar?
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Siempre pensando en el corto plazo. Esa podría ser una de las frases que realmente resume como se piensa en Chile. Especialmente en escenarios como el actual, la preocupación por variables inmediatas resulta alarmante. A esto sumaría la enorme atención que se da al precio spot de la libra de cobre.
Es cierto que Chile se ha desacelerado; el producto está creciendo a una tasa baja, la tasa de desempleo ha aumentado y no vemos la luz para salir de este agujero. Dado esto, de qué deberíamos preocuparnos para poder salir de este ciclo negativo.
La respuesta es, de las políticas estructurales que nos permitan crecer permanentemente a una tasa superior a la actual y no de los escenarios cortoplacistas. En este sentido, existe una enorme preocupación por la inflación y la tasa de interés nominal que podría resultar de la intervención del Banco Central para contenerla. Si bien es cierto, la inflación está fuera del rango meta, aún se encuentra muy acotada, por lo demás, dado el bajo crecimiento esta no está dada por un concepto de demanda. Por otra parte, no es la tasa nominal de la TPM la que ha afectado negativamente la inversión sino el componente de riesgo en la tasa real que observan los inversionistas. Las tasas de interés nominales en Chile siguen siendo muy bajas, más con una inflación esperada mayor. Luego, lo preocupante acá es generar el escenario proclive para eliminar el componente de incertidumbre que existe en la inversión. Esto, para generar un cambio permanente en las expectativas. Respecto a la inflación, el Banco ya ha hecho su trabajo, pues esta no viene de un aumento en la masa monetaria.
Respecto del cobre, potencialmente no volveremos a ver más el crecimiento de China que nos entregó los precios de casi US$ 4 la libra. Lo que debemos pensar es como podemos hacer rentable las empresas mineras con un precio de US$ 2 la libra. Es decir, cuál es el cambio tecnológico estructural que nos lleva a sobrevivir en ese nuevo ecosistema. Pensemos en las innovaciones que permitan trabajar con el costo del cobre y dejar de esta forma de pensar en el precio. Esto es nuevamente una política de largo plazo que como siempre está ligada al apoyo al emprendimiento y la conexión con los sitios donde se encuentra el conocimiento tecnológico e ingenieril de primer nivel.
De esta forma, preocupémonos de cómo cambiar la situación para siempre, sino en el próximo ciclo estaremos escribiendo de lo bien que le va a la economía chilena cuando las variables externas nos favorezcan y no habremos aprendido nada de este momento.