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DF Conexión a China | Imaginando una política del litio pragmática (asiática)

ANDREAS PIEROTIC Abogado y Ex Agregado Comercial en Beijing

Por: ANDREAS PIEROTIC | Publicado: Martes 16 de mayo de 2023 a las 04:00 hrs.
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ANDREAS PIEROTIC

Durante mis años trabajando en China, una actividad recurrente era presentar las características de nuestro país vinculadas a las oportunidades de inversión. Más de alguna vez, algún ejecutivo chino en la audiencia, más franco de lo normal, me puso en aprietos preguntándome, “¿Por qué Chile no es un país desarrollado si tiene todos estos recursos y tan poca población? Nosotros seríamos el país más rico del mundo si tuviéramos sus recursos y la poca población que tienen”.

En Chile preferimos hoy ni siquiera hacernos esta pregunta incómoda. Si alguna vez ciertos políticos trataron de establecer un horizonte de esperanza, ninguno de nuestros políticos/operadores actuales se atrevería, porque saben que la política pública en Chile es cada vez es más inmediatista y electoralista, y, por tanto, alejada del objetivo de desarrollo.

“Una estrategia sensata buscaría que los productos finales fueran económicamente razonables de producir en sus países”.

La pregunta china no sólo nos hace pasar vergüenza a los chilenos. Argentinos, peruanos, colombianos, venezolanos, brasileros, todos países con recursos naturales en cantidades que ya se quisieran los industrialistas chinos, deben ponerse más rojos. Aunque es triste verbalizarlo, no es difícil imaginarlo: en un mundo ficticio en que el gobierno singapurense, el japonés, o la administración de Hong Kong, o la de China, tuviera los recursos que tenemos, ¿qué maravillas podrían hacer?

Un breve ejercicio de un mundo donde imaginariamente las reservas de nuestros salares estuvieran en manos de políticos tecnocráticos asiáticos me permite esbozar al menos cinco ideas.

Sabiendo que el mayor valor está en los productos finales, se establecería una política para que éstos sean económicamente razonables de producir en sus países. Así, primero establecerían una fecha razonable para la prohibición absoluta de exportar carbonato o hidróxido de litio. El ejemplo más reciente similar, lo encontramos en Indonesia con el níquel. Hoy ese país sólo autoriza la exportación de componentes de valor agregado que utilizan níquel. Ha sido tan exitosa esta política de fases, que pronto Indonesia comenzará a producir autos eléctricos.

Segundo, acabarían con aquella mentira del litio como un elemento estratégico “inconcesible”, promoviendo una competencia absoluta entre las empresas públicas y privadas para la extracción de litio.

Tercero, el énfasis estaría puesto en establecer zonas económicas francas especiales en la costa que permitieran levantar parques industriales en apenas semanas (enterrando en estos oasis, la asfixiante “permisología chilensis”), para importar, procesar y reexportar al más bajo costo, productos finales de nuevas energías desde Chile.

Cuarto, cero royalty, porque lo más importante no es la extracción, sino obligar la participación minoritaria del Estado en estos parques industriales de la cadena final de valor. Es en estos parques industriales en que se traspasará el know-how a los profesionales locales (quinto elemento). Construir conocimiento es “lo asiático”.

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