DF Tax | El infierno está tapizado de buenas intenciones…
Por Magdalena Brzovic, socia de Brzovic & Cía.
¡Servicio de Impuestos Internos (SII), ni tú te salvas!
Con el arribo del exdirector del Servicio de Impuestos Internos (SII), Javier Etcheberry, en noviembre de 2024 se produjo un cortocircuito que aún tiene a muchos electrocutados sufriendo por el fatal “coorientazo”.
Con su desembarco, Etcheberry quiso poner término a los recursos administrativos de Revisión de la Actuación Fiscalizadora (RAF) y Revisión Administrativa Voluntaria (RAV) que no se basaran estrictamente en causales legales.
Sin embargo, los funcionarios a cargo de la redacción de las nuevas condiciones no entendieron correctamente su encargo y, llenos de buenas intenciones, pasaron a llevar no solo la voluntad del director, sino la legalidad del sistema tributario chileno.
Con esa nueva interpretación, el rechazo de recursos administrativos como la RAF -cuya tasa de rechazo pasó del 42,7% en 2023 al 88,3% en lo que va de 2025- se disparó.
Y así los asesores tributarios -abogados, contadores, ingenieros- salimos a hacer valer nuestras opiniones, representados por nuestros gremios, y, entre otras cosas, dijimos: “El Servicio de Impuestos Internos (SII) cambió sus criterios de revisión históricos, ampliamente legitimados por toda la comunidad tributaria, afectando gravemente el derecho a defensa frente a la administración”.
Es triste cuando la autoridad no respeta la normativa vigente y, más que eso, es peligroso.
Pensemos en un caso ridículo: ¿qué pasa si ese funcionario estima que, por ejemplo, las mujeres sobre 50 debemos ser exterminadas?
Con la mejor intención del mundo, convencido de la justicia de su encargo dictará una norma para que eso ocurra, convencido de que está haciéndolo bien, pues esas personas “deben salir del mapa lo antes posible”. Solo quiero enfatizar lo importante que es que las autoridades se ciñan estrictamente a la legalidad y dejen sus prejuicios y entusiasmos personales en la casa cuando van a trabajar.
No podemos aceptar que la legalidad -principio tan manoseado y con tanta mala prensa, pero esencial para la democracia- sea la gran ausente en el quehacer de nuestros funcionarios públicos.
Recuerdo, a propósito de esto, el bloqueo masivo de claves de acceso a la web del SII, lo cual afectó la operatividad de empresas y personas naturales. Estas restricciones se acompañaron de “anotaciones poco claras”, como la denominada “anotación 52”, que impide a los contribuyentes comprender su situación y cómo regularizarla. En este punto, se citó un reciente fallo de la Corte Suprema que refuerza su posición: “No existe norma alguna que faculte al SII a bloquear el acceso a la plataforma virtual”.
Cuando leo que un contribuyente no puede conocer su situación ni cómo regularizarla, se me viene a la cabeza el Reino de la Italia fascista de Benito Mussolini, la Unión Soviética, el régimen de Hitler, el de Franco, Corea del Norte de Kim Il-sung, la China de Mao Zedong, Pol Pot en Camboya y tantos otros.
Es demasiado importante volver a la legalidad. No necesitamos una gran reforma tributaria, pacto fiscal o como eufemísticamente quieran llamarlo. Vamos a lo que tenemos: rescatemos las normas vigentes y apliquémoslas con estricto apego a su texto, recurriendo a la buena fe.
Es una fórmula simple, fácil de implementar y sin necesidad de que nuestros legisladores deban intervenir.