El futuro de la auditoría
Renzo Corona Socio Principal de PwC Chile
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Renzo Corona
¿Se puede auditar el futuro? ¿Sirve para algo opinar sobre lo que todavía no ha ocurrido? ¿El informe de auditoría puede anticipar las situaciones de crisis de las compañías y, en consecuencia, de las economías?
En principio parece que la respuesta a todas esas interrogantes es negativa y se podría afirmar que “auditoría” y “futuro” son términos incompatibles. Bueno, nada más lejos de la realidad. No se puede “auditar el futuro”, pero sí analizar cómo una organización hace sus estimaciones, cómo elabora sus proyecciones, cómo valoriza sus recursos o cómo gestiona sus riesgos.
En un entorno económico-financiero cada vez más complejo, es fundamental mirar hacia adelante anticipando oportunidades y problemas. Ahora más que nunca es necesario “auditar” las herramientas con las que gestionamos el futuro y no cabe duda que el auditor juega un papel clave en este terreno. La industria de la auditoría y de la información financiera está en pleno cambio. Fenómenos como las crisis, con las complejidades actuales, la globalización y las nuevas tecnologías han cambiado la naturaleza de los negocios y han redefinido un concepto clave para que la economía funcione: la confianza.
Conviene recordar que la transparencia es la materia prima con la que se fabrica la confianza y que una verdadera rendición de cuentas requiere que las compañías ofrezcan la información necesaria para conocer su real situación. Pero también que alguien independiente recopile, analice y estructure los datos con rigor y coherencia para que realmente lleguen y puedan ser interpretados de manera útil por todos los grupos de interés.
El futuro de la auditoría pasa por reforzar el papel del auditor como generador de confianza, por lo que estamos adaptando nuestra actividad a un contexto más complejo. Ampliar el alcance y la profundidad del trabajo de auditoría se revela como un paso necesario para entender en su plenitud un mundo empresarial condicionado por múltiples dimensiones. El uso de tecnología de última generación que permita trabajar más con universos y menos con muestras, y la aplicación de modelos basados en inteligencia artificial que nos ayuden a predecir comportamientos son, entre otros, realidades en las cuales se avanza.
El futuro también nos depara un modelo de información más integrado y, sobre todo, entendible. De nada sirve hacer acopio de información si esta no se procesa y se estructura para que sus destinatarios la entiendan.