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Energía: factor para el consenso durante el próximo gobierno

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Durante el segundo periodo de campaña presidencial, la recientemente electa presidenta de Chile, Michelle Bachelet, mantuvo sus tres puntos clave: más impuestos, educación gratuita y nueva Constitución, incluyendo un cambio al sistema electoral. Si bien el mercado ya incorporó estos elementos en el valor de los activos, podría haber algunas sorpresas en el futuro debate sobre algunos impuestos secundarios y otras reformas políticas.

Hasta el cambio de mando entre el presidente Sebastián Piñera y Bachelet el 11 de marzo de 2014, esperamos que la plaza financiera local opere sintonizada con la conformación del nuevo gabinete y cualquier detalle en la agenda que se añada a las 200 páginas que se han publicado hasta el momento.

La coalición ganadora incluye una amplia base de apoyo, cubriendo desde la socialmente conservadora Democracia Cristiana al extremo Partido Comunista. Dada esta situación esperamos algo de ruido en el mercado durante los próximos meses ya que algunos grupos esperan capitalizar el triunfo de Bachelet para avanzar en sus agendas propias, algunas de las cuales son marcadamente anti mercado. Pese a lo anterior, creemos que el nuevo gobierno será tan pragmático como el primero (el cual tuvo que combatir los efectos de la crisis financiera de 2008).

La Nueva Mayoría necesitará frecuentemente el apoyo de la centroderecha para aprobar su legislación y -cualquier desacuerdo profundo con la oposición- podría terminar en un estancamiento legislativo. Por lo tanto, el éxito de las reformas requerirá de moderación y de habilidades políticas, las cuales podrían implicar el atenuar algunas propuestas.

Unos los puntos importantes que deberá considerar el nuevo gobierno serán las acciones que tome en miras para ejecutar reformas en el sector energético. Esta agenda requerirá financiamiento y -si el sector privado sintiera una mayor supervisión o participación estatal- podría traducirse en una desaceleración de la inversión doméstica poniendo en riesgo el programa y dificultando el cumplimiento de las promesas electorales, lo que podría afectar el nivel de aprobación de Michelle Bachelet durante su mandato.

En consecuencia, creemos que el nuevo gobierno no dará un giro brusco hacia la izquierda. La mayor parte de su agenda requiere de un gran financiamiento, por lo tanto, deberá también considerar mantener al sector privado como un dínamo que apoye la inversión.

Hay que considerar que la mandataria heredará una economía con un crecimiento más lento, debido a la desaceleración que presentan los socios comerciales de Chile. Asimismo, entre los desafíos que requerirán de atención inmediata serán la escasez de energía y Codelco. La minera estatal necesita de inversiones de capital sustanciales para expandirse y modernizarse. Sin embargo, los bajos precios de los metales y los altos costos, amenazan con reducir su generación de caja.

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