Enrique Marshall

Crédito bancario: ¿inmunizado?

ENRIQUE MARSHALL Director Magíster en Banca y Mercados Financieros PUCV, Exvicepresidente del Banco Central

Por: Enrique Marshall | Publicado: Miércoles 14 de abril de 2021 a las 04:00 hrs.
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El crédito bancario y la actividad económica tienden a moverse sincronizadamente. Cuando la economía se acelera, el crédito también lo hace; y cuando la actividad pierde fuerza, el crédito bancario también la pierde. Esa es la regla observada en las últimas décadas

Sin embargo, cuando se analizan las cosas con un mayor detalle se advierten otros elementos. Además de crecer en promedio bastante más que el PIB, el crédito sigue a la actividad con un rezago de alrededor de un trimestre. En un ciclo alcista, la banca espera que las cifras se consoliden y sóólo entonces pone en aplicación una política comercial más expansiva.

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Por el contrario, en un ciclo bajista, la banca opera con algún retraso que es explicable porque los datos económicos no fluyen instantáneamente y, además, porque las carteras deben ajustarse con gradualidad para no provocar daños innecesarios en los bancos y sus clientes.

También es posible advertir que las distintas categorías de crédito reaccionan con diferentes grados de sensibilidad frente al ciclo económico. El crédito de consumo, por ejemplo, tiende a observar ajustes muy marcados; en cambio, el crédito para la vivienda, por el menor riesgo que conlleva, sufre normalmente menos altibajos. Por su parte, el crédito comercial tiende a ubicarse en una posición intermedia.

Al seguir su evolución histórica, el crédito ha mostrado una tendencia a moderar sus altibajos con el transcurso del tiempo. Ello se puede explicar por el aprendizaje observado por los bancos y sus clientes. Habría que agregar, además, los perfeccionamientos de la regulación y la supervisión, los que han promovido conductas más conservadoras de los actores.

La pandemia llegó en marzo del año pasado cuando el crédito bancario mostraba un alto dinamismo. Las cifras de actividad se tornaron negativas a partir de ese mismo mes y siguieron siendo bastante adversas en los siguientes. Sin embargo, el crédito continuó creciendo a tasas más bien altas, superiores al 6%, hasta octubre. Es decir, transcurrieron ocho meses antes de que el ritmo de expansión de las colocaciones se ajustara en forma perceptible, lo que se aparta significativamente de su comportamiento histórico.

Si bien el ajuste del crédito ya es apreciable, tanto las colocaciones comerciales como las hipotecarias han mantenido tasas de variación positivas hasta marzo pasado, último mes con información disponible. Por el momento, la corrección más significativa se concentra en los créditos de consumo, que se encuentran muy deprimidos desde el año pasado.

Podemos decir, entonces, que el crédito ha mostrado bastante fortaleza durante la pandemia, mayor a la que se podría haber esperado al inicio de esta crisis. Sin embargo, a la luz de las últimas cifras, éste no parece estar completamente inmunizado y podría seguir debilitándose.

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