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Estados Financieros y confianza pública

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En toda sociedad anónima la preparación de reportes financieros externos -los Estados Financieros- es efectuada por cada compañía. Un adecuado gobierno corporativo requiere de un efectivo proceso de supervisión tanto interno como externo, siendo éste último efectuado por reguladores, auditores externos y clasificadoras de riesgo.

Como la experiencia internacional y nacional ha demostrado la existencia de casos aislados de estados financieros erróneos, entonces lo que nos debiera preocupar es que cada compañía haya adoptado las medidas preventivas que cubran los riesgos de falla en las cifras o en las revelaciones de cada cuenta significativa del estado financiero.

Como Asociación de Auditores Externos hemos analizado con los reguladores de nuestro mercado varias acciones concretas para mejorar la calidad de las auditorías externas en Chile de manera de alcanzar los niveles vigentes de las mejores prácticas en los países de la OCDE.

Además de incrementar la interacción permanente entre auditores y el directorio -ya recogida en la norma 341 de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) sobre Gobierno Corporativo-, visualizamos posibles mejoras en dos aspectos vigentes en los mercados de capitales. La primera es incrementar el alcance y profundidad de las auditorias en materia del control interno sobre el proceso de los reportes financieros externos, auditando y emitiendo un informe anual sobre su efectividad (los informes de auditoría vigentes en nuestro país explicitan que se excluye este tipo de revisión). La segunda es aumentar la frecuencia de las auditorias de estados financieros intermedios; por ejemplo, realizando revisiones trimestrales en que se cubran oportunamente materias relevantes como cambios en criterios contables, transacciones con partes relacionadas, compensación de ejecutivos, estimaciones contables y valores justos, reconocimiento de ingresos, eventos inusuales, etcétera.

Estas actividades contribuirían a aumentar la calidad y transparencia de la información que se proporciona al mercado de capitales para la toma de decisiones por sus agentes. Se tangibilizan en la Memoria Anual de las compañías, donde se incorporan además de los estados financieros anuales auditados, tanto un Informe de la Administración como un Informe de los Auditores Externos sobre el control interno del proceso de reporte financiero, así como en los informes de auditoría sobre revisiones a estados financieros intermedios; práctica vigente en la mayoría de la banca de los países OCDE.

Los beneficios de implementar estas prácticas en nuestro país -que podrían adoptarse vía Circulares de Buenas Prácticas de Gobierno Corporativo de las Superintendencias- a nuestro juicio exceden los costos de implementar estas medidas al ayudar a minimizar los riesgos de eventuales pérdidas patrimoniales. De paso, se descargarían de mejor forma las responsabilidades legales del deber de cuidado y debida diligencia, tan visibles hoy en día. Y se contribuye en forma efectiva a preservar el prestigio reputacional y la confianza, activos tan lentos de construir y que pueden resultar tan rápidos de deteriorar o perder.

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