Guillermo Tagle

Construir confianzas:El desafío no logrado

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Por: Guillermo Tagle | Publicado: Viernes 22 de enero de 2016 a las 04:00 hrs.
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Al iniciar en 2014 dos años de Presidencia de ICARE, el principal desafío que nos planteamos, fue reconciliar y re encantar a la comunidad con el mundo empresarial. Producto de una sucesión relevante de eventos que –en ese entonces- afectaban la confianza del público y la reputación de las empresas, era indispensable para lograr un desarrollo humano potente y responsable, construir confianzas, puentes, enlaces, que permitieran a la comunidad volver a entender y creer, que sin empresas sólidas y eficientes, no llegaríamos a ser un país económica y socialmente desarrollado.

Dos años después, al llegar el momento de terminar este período que tuve el honor de presidir en esta noble institución, lamentablemente debemos reconocer que la confianza y la relación de la sociedad con el mundo empresarial no sólo no ha mejorado, sino incluso se ha deteriorado. Eventos relacionados con colusión de competidores, malas prácticas en el mercado bursátil y una rebuscada relación de financiamiento de campañas que vincula al mundo político con el empresarial en formas que hoy no son socialmente aceptables, hizo que en estos 24 meses, el deterioro continuara y la relación empresa-comunidad, estuviese (hoy sí) lo más bajo que hubiésemos podido imaginar.

A pesar de este diagnóstico que pudiese parecer sombrío y oscuro, hay factores que permiten mirar al futuro con optimismo y confiar que esta vez sí, en los próximos dos años, será posible remontar y mejorar el clima de confianza. Lo que no pudimos hacer en el bienio 2014-15, debería ser factible de lograr en el 2016-17. No sólo es un imperativo social lograrlo, es algo en que las empresas, como células vivas que defienden dinámicamente su supervivencia, están diseñando, buscando y encontrando fórmulas que les permitan evitar los errores del pasado, no volver a cometer las mismas faltas, asegurarse de que los controles internos permitirán en el futuro prevenir y descubrir tempranamente cuándo puedan existir riesgos que amenacen la reputación y puedan poner en riesgo el futuro de la empresa, el porvenir de los accionistas y de todos sus colaboradores.

Para ser exitoso en el mundo empresarial, hoy es imperativo, es fundamental considerar muchos más factores que antes. No basta con generar empleo y vender bienes y servicios que los clientes requieren. Hoy no sólo hay que tener en cuenta que vivimos en un mundo de transparencia e información total, hay que partir de la base que cualquier irregularidad o abuso cometido, tarde o temprano será de público conocimiento; hay que saber ser empresario involucrando, escuchando y haciendo parte de nuestros proyectos, a todos los actores y miembros de la comunidad, que podrían sentirse afectados por un determinado emprendimiento. Faltas a la ética que afecten la reputación, irregularidades legales o comerciales, cualquier anomalía que pueda exponer a la empresa al lapidario juicio del público, que en medios de información o redes sociales puede aniquilar a cualquier “enemigo” en fracción de segundos, es también un elemento nuevo que agregará fortaleza a los mecanismos de protección de reputación corporativa, que toda empresa tiene que construir y cuidar.

Cuando hace ya tres décadas se establecieron las bases para la creación de un sistema político, económico y social basado en la libertad de organización y emprendimiento, Chile era un país pobre, su Estado y sus empresas estaban técnicamente quebradas. No había espacio ni recursos para hablar de derechos sociales que se debían proveer, no había recursos, teníamos fuertes deudas con la banca internacional, las reservas eran mínimas. Capitalizar el Estado y permitir el crecimiento de las empresas era fundamental para ilusionarnos con ser desarrollados. En el camino de superar esta fragilidad, hemos ido gradualmente resolviendo problemas y proponiendo cambios, en la medida que estos se hacían necesarios y evidentes. Es el camino de progreso continuo por el que hemos transitado, es la ruta por la que tenemos que seguir. Hoy enfrentamos temas que hace un par de décadas no imaginábamos requerir, tales como mecanismos de protección de la libre competencia, organización de mercados y regulación, gobiernos corporativos involucrados y comprometidos con establecer relaciones de confianza con la comunidad, encontrar una forma justa y transparente que permita un financiamiento adecuado al mundo político, garantizar que el desarrollo de los negocios sea sustentable con el medio ambiente, son prácticas que hoy estamos enfrentando y buscando resolver. Es la razón por la cual podemos confiar en que estamos construyendo la mejor plataforma de desarrollo social y económico para el futuro y que, si dejamos las disputas por problemas del pasado, nos permitirán construir un gran país para las generaciones que vendrán.

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