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Hacienda y Economía: claves para el mercado en el futuro gobierno

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Tal como esperábamos, el éxito de Michelle Bachelet en las elecciones del domingo pasado fue contundente y -de acuerdo a como se presenta el actual escenario político- su victoria en la segunda vuelta parece segura. Desde ahora y hasta el 15 de diciembre escucharemos más detalles de las propuestas presentadas por la candidata socialista, pero sin que se añadan informaciones que puedan generar polémicas, incluso podríamos ver una moderación en su discurso.

Lo que sí cobrará mucha importancia para el mercado y será un factor clave en el corto plazo para los movimientos de los activos financieros, serán los nombres que compondrán el nuevo gabinete del gobierno, especialmente en el Ministerio de Hacienda y en la cartera de Economía. Si las designaciones apuntan a profesionales reconocidos y de alto nivel, nuestra plaza financiera lo recibiría como un mensaje tranquilizador, de lo contrario podríamos esperar algunos inconvenientes.

A pesar de que la amplia gama de partidos de la coalición Nueva Mayoría de Bachelet incluye incluso a partidos de extrema izquierda, creemos que la futura gobernante a menudo necesitará el apoyo de la centroderecha para que las propuestas del Poder Ejecutivo sean aprobadas. A nuestro modo de ver, cualquier fricción con la oposición podría provocar que el proceso legislativo se mantenga en status quo durante cuatro años, por lo que el éxito de su agenda exigirá moderación y destreza política y esto podría involucrar atenuar el alcance esperado para algunas de sus normas.

Nos inclinamos a pensar que no habrá un vuelco profundo hacia la izquierda si el gobierno de Bachelet quiere cumplir con sus promesas de campaña. Asimismo, al menos en las reformas más profundas la composición del Congreso le obligaría a la mandataria a ser más flexible y a estar abierta a consensuar acuerdos con los partidos de la oposición. A nuestro modo de ver, un enfoque de negociación hará la diferencia entre una administración que logre objetivos y uno de enfrentamientos, en el que legislar tome tiempo mientras que se acumulan las demandas sociales. Además, la amplia gama de distintos partidos en su propia coalición también podría significar alguna fricción interna al momento de tomar decisiones. La propuesta que se debatió más acaloradamente fue el aumento de los impuestos corporativos a 25%, del actual 20% en un periodo de cuatro años, principalmente para financiar su propuesta de educación gratuita. Esto alinearía la tasa impositiva en Chile con el promedio de la OECD, del cual nuestro país es miembro. Esta alza podría perjudicar a las PYME. Sin embargo, el programa de Bachelet incluye medidas para apoyarlas.

Los tiempos han cambiado desde que Michelle Bachelet asumió su primer mandato en 2006. Ella recibiría un país que sobrelleva los efectos de una desaceleración en el crecimiento de la economía mundial y de los socios comerciales de Chile. En nuestra opinión, un giro brusco a la izquierda tendría una mayor probabilidad de generar un escenario adverso para el nuevo mandato lo que podría gatillar desconfianza entre los actores del mercado y -a final de cuentas- esa decisión podría convertirse en una estrategia política que iría en su contra.

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