La tokenización cruza el Rubicón
MARÍA PÍA AQUEVEQUE Directora de empresas, experta internacional en activos digitales
En marzo de 2024, BlackRock lanzó Buidl, su primer fondo monetario tokenizado en blockchain, respaldado por dólares y bonos del Tesoro. Un año después, el 8 de septiembre de 2025, Nasdaq presentó ante la SEC la propuesta SR-NASDAQ-2025-072 para permitir que acciones y ETF se emitan y negocien en forma tokenizada. Si la SEC aprueba la norma y la Depository Trust Company (DTC) moderniza su sistema, el trading tokenizado podría comenzar en la segunda mitad de 2026, primero en fase limitada y luego general.
Mientras EE UU avanza, Europa y Asia ya operan infraestructuras reguladas como la SIX Digital Exchange. Pero el fenómeno no se detiene ahí: el ETF de bitcoin de BlackRock se ha convertido en el fondo más rentable de la gestora, con casi US$ 100.000 millones en activos. Con una comisión del 0,25% y según la hoja informativa del fondo, ha alcanzado un retorno “Since Inception” de +82,67% y con un performance aproximado de +54,77% en los últimos 12 meses. Es el símbolo de cómo la frontera entre cripto y Wall Street se ha difuminado: el activo más volátil del mundo sostiene el fondo más rentable de la mayor gestora global.
“A futuro, al menos 1% del portafolio previsional podría destinarse a criptoactivos de startups listadas en mercados digitales regulados”.
El sistema de pensiones de Chile podría aprovechar esta transición con un enfoque dual. Los bonos y acciones tokenizados deberían considerarse equivalentes a los tradicionales si se emiten en mercados regulados. Hoy, la inversión en startups se realiza a través de fondos de capital privado o venture capital. En una fase inicial, la exposición a cripto —si se autoriza— debería hacerse solo mediante ETFs o ETNs, ampliable hasta 25% de la porción accionaria, bajo custodia licenciada, activos segregados y cobertura de riesgos. A futuro, al menos un 1% del portafolio previsional podría destinarse a criptoactivos de startups listadas en mercados digitales regulados, abriendo un nuevo espacio de innovación y dinamizar el mercado de capitales.
Para lograrlo, Chile debe actualizar el Decreto Ley Nº 3.500, reconocer los activos tokenizados como instrumentos elegibles y permitir su inversión bajo supervisión. El Banco Central, la CMF y la Superintendencia de Pensiones deben coordinar reglas prudenciales, custodia segregada y transparencia.
“Nasdaq considera que los valores tokenizados son simplemente acciones con otro nombre. Si caminan, hablan y se negocian como acciones, deben tratarse como tales”, (paráfrasis del expediente SR-NASDAQ-2025-072, septiembre 2025).
Y es cierto: la tokenización no altera el valor económico de los activos, pero reinventa la forma de representarlos, moverlos y auditar su propiedad. Frente al modelo tradicional —lento, fragmentado y costoso—, los activos tokenizados ofrecen velocidad, transparencia y eficiencia, sin sacrificar la regulación, la seguridad ni la protección de los inversores y trabajadores cotizantes.
El progreso financiero no se mide por la velocidad de la tecnología, sino por la capacidad de las instituciones para acompañarla sin miedo. La tecnología avanza más rápido que la regulación, pero nunca debería hacerlo más rápido que la confianza.
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