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Mercado financiero: sentados en la banca

Tomás Sánchez Valenzuela Autor de “Public Inc.”, investigador asociado de Horizontal

Por: Tomás Sánchez Valenzuela | Publicado: Jueves 2 de septiembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Tomás Sánchez Valenzuela

Esta semana, el presidente de la SEC en Estados Unidos, advirtió la necesidad de regular las plataformas que operan con cripto-activos, una economía paralela que en la actualidad gestiona más de dos millones de millones de dólares. En Europa, la consolidación del Open Finance ha permitido la baja de costos y mejores niveles de servicio. Mientras tanto en Chile, hace noticia cómo el Banco Estado le pone problemas a las Fintech, y los bancos siguen aumentando sus utilidades.

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En los mercados desarrollados el sector financiero evoluciona, se hacen más competitivo e inclusivo, pero en Chile vamos en la dirección contraria. Dos años atrás el entonces ministro de Hacienda proponía cómo nuestro país podría ser un hub de servicios financieros para la región, pero lamentablemente no pasó mucho. Para ser pioneros necesitamos liderar. Hoy los fondos de capital de riesgo están buscando invertir en proveedores de Finanzas Descentralizadas (DeFi) en base a contratos inteligentes sobre blockchain, y acá aún no reconocemos los cripto-activos como instrumentos financieros, y demorándonos tanto en normar el open banking que el mismo concepto ya está obsoleto.

Open Finance es una realidad en Chile hace muchos años, pero en forma no oficial y a contrapelo. Miles de clientes les han dado acceso a decenas de aplicaciones para que puedan acceder a sus cuentas bancarias. Al no existir un protocolo formal por parte de las instituciones financieras, el acceso es a través de web scrapping (robot que ingresa a través de la web), en vez de APIs que permitan el acceso a información y transferencias por parte de terceros. Esto es lo que norma la ley europea, permitiendo mayor competencia en la industria. Por lo mismo, abrir una cuenta corriente en el viejo mundo toma sólo un par de minutos después de bajar una aplicación, traspasar dinero entre países es algo cotidiano y hacer conversión entre monedas es un asunto trivial.

Paradojalmente, a pesar de que más de la mitad de nuestra economía depende del comercio internacional, para abrir una cuenta en dólares aún piden una carta escrita a mano, transferir dólares entre bancos es sencillamente imposible, enviarlos al extranjero es ridículamente caro y aún pagamos costos de manutención: los hermosos resultados de mercados poco competitivos. Un recuerdo de esa clase de “Introducción a la Economía”: a mayores barreras a la entrada, menor competencia e innovación.

Para quienes creemos en las virtudes del mercado, debemos exigir una legislación que estimule la competencia y termine por beneficiar a todas las personas. Es urgente normar el Open Finance, explícitamente legalizar la industria de cripto-activos y consolidar el registro crediticio. La buena noticia es que no hay que inventar la rueda para potenciar las más de 200 empresas Fintech en nuestro país. El estado norteamericano de Wyoming ya está avanzando decididamente a ser un pionero en cripto-activos con legislación que se hace cargo en detalle de los problemas actuales de la tenencia y transferencia de instrumentos financieros. Australia, con un enfoque más futurista aún, ha legislado pensando en Open Data, reconociendo que la industria financiera es simplemente la primera que se está viendo afectada por la necesidad de una interoperabilidad normada.

Si queremos seguir avanzando en la senda del desarrollo, aumentar nuestra productividad, exportar nuevos servicios y crear empresas pioneras, necesitamos estimular la competencia. Sólo así podremos ser titulares en el mercado financiero internacional, y no quedarnos en la banca.

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