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Moscas contra la ventana, ¿cuáles negocios arriesgan una suerte similar y cuáles no?

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Siempre me ha impresionado la perseverancia de las moscas al intentar atravesar ventanas. En su intento por salir al aire libre, enfrentando una resistencia desconocida y por sobre todo invisible, son capaces de aplicar más y más fuerza en el mismo curso de acción hasta quizás perecer. En muchas ocasiones, la ventana puede estar incluso abierta a un costado, o una puerta cercana se presenta como escape fácil hacia el “aire libre”. La mosca sólo necesitaría cambiar su perspectiva para ser libre. Sin embargo, en más ocasiones que menos, la mosca finalmente perece, víctima de sus ideas preconcebidas y de su admirable perseverancia.

El business as usual o prácticas usuales de negocio, parece hoy enfrentar un desafío similar. La costumbre de aplicar fuerza y perseverancia en líneas de acción ya conocidas, ante desafíos que son nuevos y distintos, bien podría costarle la vida a muchos negocios hoy sanos. No creo equivocarme al intuir que algunos lectores podrán cuestionar mi planteamiento, diciendo que los negocios siempre se enfrentan a desafíos nuevos y distintos, logrando muchos de ellos sobrevivir. Es la ley del mercado. Coincido con ello. Sin embargo, la principal diferencia en esta ocasión es que el desafío es abrumadoramente adaptativo en lugar de competitivo. Un desafío competitivo invita a ser mejor, ya sea aumentando la eficiencia, mejorando la oferta, o incluso innovando. Por otro lado, un desafío adaptativo requiere por sobre todas las cosas “cambiar”, y si el desafío es grande, entonces se requiere “cambiar mucho y de manera profunda”.

El paradigma central de los negocios en estos pocos siglos de vida del capitalismo ha sido el encontrar una buena oportunidad de negocio y sacarle el máximo provecho en ganancia para sí mismo, es decir, para los dueños de los negocios. Sin embargo, el desafío adaptativo actual es de cambio muy profundo. Adaptarse requiere de lograr generar valor para todos los involucrados, no principalmente para los dueños. Esta nueva ola revitaliza los negocios como motor de generación de bienestar para toda la sociedad y el medio ambiente, y los convierte nuevamente en héroes del progreso.

Cada empresa se enfrenta hoy al dilema de la mosca: puede seguir aplicando las mismas maneras con más y más fuerza, arriesgándose a convertirse en víctima de la obsolescencia de los antiguos paradigmas, o puede abrazar el cambio de era y volar hacia el aire libre, transformándose en ente heroico de generación de bienestar integral -y no parcial- en la sociedad. Las maneras y metodologías para transformarse existen, y organizaciones de distintos ámbitos económicos ya están avanzando. El primer paso es tomar la decisión de evolucionar. El mercado no espera, y los cambios profundos de paradigmas en una sociedad cada vez más exigente como la chilena tampoco.

Los líderes empresariales y ejecutivos que establezcan tempranamente un compromiso sincero de transformar sus negocios, verán los grandes frutos de su esfuerzo.

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