Padre Hugo Tagle

“Tolerancia cero”

Comenzó a regir la nueva ley que baja la tolerancia al alcohol al conducir y aumenta las penas si se infringe. Complejo panorama. Pero sólo para algunos....

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 12 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

Comenzó a regir la nueva ley que baja la tolerancia al alcohol al conducir y aumenta las penas si se infringe. Complejo panorama. Pero sólo para algunos. Para la mayoría, significará ajustarse un poco y ordenarse algo más. Como bien leí por ahí, no se trata de “tomar menos, sino tomar bien”. Creo que a nadie le están agüando la fiesta. El punto es que hay que hacerse a la idea de que conducir un auto es de una responsabilidad enorme. Exige el 100% de nuestros sentidos.

El tema no es menor. No se trata de un simple rigorismo, de ponerse pesados porque sí, sino de cambiar algunos hábitos en nuestra vida social que nos estaban haciendo daño. Quizá la ley amerite algunos ajustes. El exceso de rigor resulta tan contraproducente como la laxitud en la aplicación de medidas. Cuesta encontrar el justo equilibrio y en este campo es claro que se debe ser especialmente cuidadoso.

El punto en esta nueva ley es buscar un cambio cultural en relación al consumo de alcohol en general, se conduzca o no. Pienso principalmente en los jóvenes, grupo en el cual el ítem “alcohol” se ha vuelto más que complicado. Son muchos los papás de adolescentes que se agarran la cabeza a dos manos preguntándose qué hacer ante el exceso de trago. Las reprimendas, amenazas, castigos, parecen no hacer mella en ese grupo que, de una u otra forma evade las sanciones y logra conseguirse trago a como dé lugar. El carrete juvenil se ha transformado en un simple y grosero “juntarse a tomar”. Lo escucho de muchos con un desparpajo que a estas alturas, al menos es honesto. Se reconoce sin tapujos que el elemento más importante y que “arma” la fiesta, es el alcohol. Y en eso, hay mucho que cambiar.

El problema no es de los adolescentes. Ellos son el simple reflejo de un mundo adulto que en esto está lejos de ser ejemplar. Se consumen bebidas alcohólicas como quien toma agua. Y eso lo ve e imita el público joven.

Urge un cambio cultural, hacer de nuestras formas de celebrar espacios sanos en que no se requiera recurrir con tanta soltura y frenesí a estimulantes externos como el alcohol, saber valorarlo en su justa medida y consumir con moderación y cuidado, que es como mejor se disfruta.

Leía por ahí que otros países, como Francia o España, el consumo de alcohol es mayor que en Chile, pero los accidentes causados por su abuso son menores. Todo es cosa de educación y buenos hábitos. Veámos como nos va. La vida sana y la responsabilidad no pasa por más leyes, sino por un cambio de mentalidad. Apuntemos a eso.

Lo más leído