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Patricio Aylwin, un hombre de Estado

DIRECTOR DIARIO FINANCIERO

Por: ROBERTO SAPAG | Publicado: Miércoles 20 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
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A la edad de 97 años, el día de ayer dejó de existir el ex Presidente de la República, Patricio Aylwin Azócar (1918-2016), un personaje decisivo en la historia de Chile y cuyo legado quedará registrado en forma indeleble tras haber dado forma a una de las transiciones políticas más admiradas en el mundo entero y de haber asentado los pilares sobre los cuales el país comenzó a reparar las profundas heridas que dejó uno de los períodos más dolorosos de su historia.


Patricio Aylwin será recordado como un político con visión de Estado a quien le tocó asumir tareas de proporciones colosales en un período de grandes divisiones, el cual fue adquiriendo una dinámica descontrolada a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, hasta desencadenar el golpe de Estado que en 1973 interrumpió el proceso democrático por un lapso de 17 años.


Fue en ese proceso de desencuentro progresivo, durante el cual el grueso de la clase política no supo estar a la altura de los desafíos, en que Patricio Aylwin intentó, no siempre con éxito, encontrar una salida a la crisis que se dibujaba en el horizonte y que finalmente adquiriría contornos dramáticos y cuyas secuelas, cuatro décadas después, aún reverberan en la dinámica política actual.Guardar


Como todos los chilenos, Patricio Aylwin fue atrapado por ese torbellino, aunque en su caso siempre mantuvo la vista fija en el imperativo de que el país se rigiera por un sistema democrático que tuviera al centro el respeto a los derechos humanos. Con la misma honestidad con que en su minuto el ex presidente admitió que el golpe de Estado resultó ser una consecuencia explicable del proceso de confrontación vivido, siempre reclamó con energía por el retorno a la democracia, para lo cual abogó con energía por "dar la pelea y derrotar a Pinochet" dentro de la institucionalidad.


Sin embargo, el legado más trascendental de Patricio Aylwin sería el que dejó como el primer presidente de la República electo tras el retorno de la democracia. Por cuatro años, y con un norte claro, el ex mandatario no sólo avanzó en forma decisiva en busca de la verdad y el reencuentro de los chilenos, sino que condujo al país por la senda del crecimiento con equidad, forjando acuerdos amplios y transversales con todos los sectores, los cuales permitieron corregir injusticias y avanzar en reformas necesarias para consolidar uno de los ciclos económicos más virtuosos en la historia iniciado pocos años antes.


Patricio Aylwin Azócar dio un testimonio de vida que instaló como imperativos políticos el respeto, la confianza, el diálogo y la austeridad, cuestiones que lamentablemente en ocasiones se pierden de vista y que han demostrado con creces su eficacia para el progreso y la construcción de una mejor sociedad.

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