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Puro valor

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Complejo esto de los temas valóricos en las elecciones. Para la Iglesia católica, los temas valóricos no se limitan solo a los relativos a la moral sexual, como podrían ser el matrimonio igualitario o al aborto. También pertenecen a ellos temas como la justicia, una vivienda que de verdad sea espacio donde la familia pueda desarrollar todos aquellos valores -entre ellos cuidar correctamente de sus hijos- que constituyen lo propio de la vocación humana.



Es “tema valórico” lo referente a un trabajo decente y sueldo justo, que no solo alcance para llegar apenas a fin de mes, sino que regale cierto bienestar y un pasar digno a quien lo recibe.

Es tema valórico la mayor y real integración de las minorías étnicas, el pueblo mapuche, los inmigrantes, sobre todo en un país en que todos finalmente lo somos.

Es tema valórico el tender a pensiones dignas, más aún en un país donde hacemos gárgaras con esto de que estamos al filo de la modernidad, a las puertas de ser Suiza, Alemania o Francia.

Es tema valórico el que chilenos que han trabajado por años en un mismo rubro no experimentan mayores beneficios siendo que ese mismo sector saca cuentas alegres anualmente.

El tema de la mayor igualdad, de un mejor reparto de la torta no es simple pesadez o afán de irritar a un sector de la sociedad, sino de hacer de nuestra feliz copia del Edén una mesa para todos, más feliz, más próspera, donde convivamos mejor. Y, paradojalmente, ganarán con ello los que tienen más. Podremos -inclúyase usted también, amigo lector- vivir más tranquilos, disfrutar mejor de la riqueza legítimamente ganada, tener ciudades, parques y barrios más hermosos. Y no vivir en constantes rencillas estériles, miedos y recelos. Qué maravilla trabajar con gente; dependientes que lo miren a uno con ojos de gratitud y no de desconfianza, odiosidad o rencor ¿No le parece?
Pero ya que hablamos de la vida, una palabra sobre ella. La despenalización del aborto, aunque sea en algunos casos, constituirá una puerta de entrada para cualquier tipo de aborto. No nos engañemos. Será una presión fuerte para las mujeres embarazadas. Ahora bien, para combatir el aborto, no basta con su prohibición. Quien dice “defender la vida de quien está por nacer” debe atender a los valores que se desprenden de ella para que su defensa resulte eficaz y convincente. Por ello, la lucha contra el aborto debe ir acompañada de medidas de apoyo a la natalidad, mayor acceso a la salud y acompañamiento los primeros años de vida. Así, el aborto dejará en buena parte de ser una amenaza y la vida se transformará en lo que es: una bendición.

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