Richard Branson

La ganancia no es lo único que importa

“¡Hagámoslo!”, es mi mantra. Cuando se deshace del libro...

Por: Richard Branson | Publicado: Lunes 5 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
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“¡Hagámoslo!”, es mi mantra. Cuando se deshace del libro de reglas y empieza de cero –particularmente si está enfocado en hacer un bien social y ambiental y no sólo en las ganancias– a veces simplemente tiene que dar el salto. Un negocio exitoso que tomó este enfoque es Grameen Danone, una sociedad entre Danone, la compañía internacional de salud y nutrición, y Grameen Bank, una organización de microfinanciamiento y desarrollo comunitario basada en Bangladesh.



En octubre de 2005 Muhammad Yunus, fundador de Grameen Bank y creador del concepto de microcrédito, recibió una invitación para reunirse con Franck Riboud, CEO de Danone, y con otros siete empleados de alto nivel de la compañía. A Yunus no se le informó cuál iba a ser la agenda, pero él esperaba que este líder empresarial pudiera estar interesado en ayudar con la meta de erradicar la pobreza, en lo que Grameen Bank estaba trabajando prestando pequeñas sumas de dinero a individuos y empresas chicas, para ayudar a la gente a lanzar negocios y, por lo demás, mejorar su situación.

Franck explicó a Yunus que el yogur Danone era una fuente importante de nutrición en muchas partes del mundo, incluyendo muchos países en desarrollo. Pero, dijo, “no sólo queremos vender nuestros productos a la gente rica de esos países. Nos gustaría encontrar formas de ayudar a alimentar a los pobres. Esperamos que nos pueda ayudar a encontrar cómo hacerlo”.

Inmediatamente propuso que, entre ellos, Grameen y Danone podían desarrollar un paquete de comida con nutrientes que pudiera venderse de casa en casa en Bangladesh por centavos de dólar, una taza a la vez. Se nutriría a la gente con hambre, especialmente a los niños, y la compañía recuperaría sus gastos.

Riboud dijo: “Hagámoslo”. Y se estrecharon las manos para sellar el trato.

El concepto de “los negocios como siempre” salió volando por la ventana. En lugar de las enormes fábricas de Danone, los ingenieros diseñaron un modelo chico adecuado para las condiciones de Bangladesh, donde los caminos eran malos y la oferta de energía demasiado errática como para una refrigeración confiable a gran escala.

Lo particularmente emocionante de la empresa era que se necesitaba mucha leche y con el transcurso de los años muchos clientes de Grameen había usado sus créditos para comprar algunas vacas. Estos campesinos locales vendían la leche de casa en casa y vender yogur no sería muy distinto. Los vendedores ganarían una comisión de 10 por ciento. La venta sería rápida, para que el yogur permaneciera fresco. El yogur se llamó Shokti Doi, que significa “fuerte como un león”, y tenía el motivo de un león de caricatura que atraía a los niños.

Exactamente un año después, en octubre de 2006, Grameen Danone ya estaba en marcha, nutriendo y dando trabajo a muchos bengalíes. La taza de yogur valía centavos, de tal forma que incluso los más pobres pudieran comprarla regularmente. Ese mes, Yunus y Grameen Bank recibieron conjuntamente el Premio Nobel de la Paz, “por sus esfuerzos por crear desarrollo económico y social desde abajo”.

Aunque desde entonces Yunus se vio forzado a irse de Grameen Bank, sigue siendo una autoridad del microfinanciamiento y los negocios sociales, y sigue luchando para erradicar la pobreza.

El hecho de que este negocio revolucionario haya sido lanzado en un año demuestra lo poderosa que puede ser una buena idea. Y muchos aspectos de este modelo Grameen Danone pueden ser aplicados por negocios existentes. ¿La ganancia siempre es su primer móvil? Analice de cerca sus recursos, y todo lo que tiene para permitir que suceda el cambio, desde su gente y sus productos y servicios hasta sus proveedores. Porque es tiempo de cambio para que su empresa apoye las comunidades y ambientes donde opera.

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