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Tres tareas para el INE

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Conocer la población de un país y sus principales características es una información clave para el cálculo de numerosos indicadores económicos.

La mejor aproximación a este indicador es el censo de población que toma el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) cada diez años. El último censo de población correspondió a 2012 y no existe claridad respecto de las verdaderas cifras censadas. En este sentido, la reciente controversia que se ha desatado con respecto a las últimas cifras censales es particularmente lamentable. La restauración de la credibilidad del INE es una tarea de la primera importancia, y hay tres tareas de corto plazo que este organismo debiera acometer para lograr este objetivo.

1) La primera tarea es la más sencilla de todas. Deberían depurarse las bases de datos censales de toda aquella información que no esté respaldada físicamente por una encuesta a un hogar. Esto permitiría entregar la primera información importante, que es la “Población Censada”. Esta se define como la suma de toda la población que fue registrada mediante una encuesta física a cada hogar. Esta información corresponde al censo propiamente tal, y aún no ha sido entregada en forma oficial.

2) La segunda tarea es un poco más difícil. Como nunca un censo ha podido encuestar a todos los hogares, por diversas razones, siempre existe la llamada “Omisión Censal”. Esto requiere del INE, una estimación de la población que fue omitida. Para ello puede realizar encuestas o bien asimilar las características de las viviendas que no fueron censadas a otras que si lo fueron. La suma de la “Población Censada” más la “Omisión Censal” da el “Censo corregido”. El “Censo Corregido” es la cifra oficial de población del país.

Declaraciones a la prensa de personeros del INE han indicado que en el último censo la omisión censal correspondió a alrededor de 170 mil viviendas, de un total de 5 millones. Al INE le toca hacer una estimación razonable del número de personas que vivía en estas viviendas no censadas, para así obtener la cifra oficial del “Censo Corregido”. 


3) La tercera tarea es un poco más compleja, y consiste en corregir un error que se arrastra ya por varias décadas. Esta consiste en corregir las proyecciones oficiales de población y adecuarlas a las cifras del “Censo Corregido”. El INE entrega las cifras anuales de población en base al modelo de proyección INE-CELADE que está fuertemente desviado con respecto a los censos corregidos.

Si se considera como “Censo corregido” la última cifra entregada por el INE, la sobre-estimación de población del modelo alcanza al 5%. Este modelo no recoge bien la población de Chile de las últimas dos décadas como se observa en el cuadro siguiente: 


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Es fundamental que el INE corrija su modelo de proyección, de tal forma que la proyección de población pase por la población censal corregida en los años que se realizó algún censo.

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