Un país transparente y sustentable en minería

Diego Hernández

Transparencia Internacional dio a conocer, recientemente, un informe en el que destaca la solidez de Chile por sus prácticas para evitar los riesgos de corrupción en el desempeño del Estado y los privados en los actos requeridos para el desarrollo sustentable del sector minero. Los resultados de este estudio, realizado para 18 países, llenan de orgullo a la industria minera.

En primer lugar, asegura que somos un país con un sistema sólido de concesiones, dentro del marco regulatorio y legal aplicable a la minería. Destaca que aquellas “son otorgadas por jueces, con apoyo de un cuerpo técnico, que es Sernageomin”. Agrega que, a pesar de que el proceso de concesiones es conducido en el ámbito judicial, “es aún administrativo y sus características esenciales son relevantes en otras jurisdicciones”.

Por otra parte, la institución dice que los jueces son independientes y están lejos de presiones políticas del gobierno. Es así como señala que el caso chileno destaca positivamente por sus altos niveles de transparencia en el criterio de otorgamiento de concesiones mineras. Es decir, tenemos un sistema que provee un grado de estabilidad al régimen de aprobaciones. Esto, gracias a que el proceso es transparente, porque toda la información respecto del estado de la solicitud y la decisión judicial son públicas y están disponibles a través de la web.

Pero también es cierto que el informe asegura que nuestra regulación no impone obligaciones a los propietarios de concesiones mineras para que se aboquen a actividades de exploración o explotación. Esto es “susceptible de riesgo, ya que especuladores pueden bloquear iniciativas legítimas a través de la extorsión o bloqueo de proyectos”. Transparencia Internacional sugiere por esto “intervenciones regulatorias para desincentivar la práctica de acumulación de concesiones por parte de inversionistas de mala fe”.

En esta eventualidad, en SONAMI creemos que el Estado tiene la herramienta adecuada, la Política Tributaria, para inducir a las empresas a explotar al ritmo que es óptimo desde una perspectiva pública. La patente minera permitiría un incentivo adicional a los que naturalmente existen para impedir que se mantengan recursos ociosos injustificadamente.

En muchos aspectos Chile es un ejemplo de una nación que está haciendo bien las cosas. Esto es muy importante, ya que, como señala el organismo, las compañías deben ser claras acerca de sus operaciones e impactos. Además, deben estar pendientes de sus derechos y obligaciones frente a las comunidades y comprender el riesgo de corrupción en los procesos de aprobación minera. Para esto, se deben instaurar sistemas y controles internos que detecten y prevengan.

En definitiva, mejorar la transparencia del sistema de concesiones y de exploración y explotación es algo que -sin duda- es deseable y siempre se puede mejorar, por lo que como SONAMI impulsamos y valoramos toda iniciativa que reafirme el valor de la transparencia.