Una nueva oportunidad para las finanzas públicas
ANDRÉS PÉREZ M. Economista jefe para América Latina en Itaú
Las finanzas públicas concentran hoy la atención económica y política con la discusión del proyecto de ley de Presupuesto. Aquí, me interesa presentar antecedentes de la dinámica coyuntural de las finanzas públicas que pueden dar lecciones para el debate presupuestario en curso.
La experiencia acumulada muestra que los ingresos fiscales han estado, por lo general, por debajo de lo proyectado, derivando en reiterativos incumplimientos de las metas, recientemente. Si bien hace varios meses indicamos que los ingresos estaban mejorando, no crecían al ritmo requerido para cumplir con las proyecciones oficiales.
“Sería una muy buena noticia que se cumpliera la proyección oficial de alza en ingresos de 4,7% en 2026, tras un alza esperada de 6,8% este año. O, dicho de otra manera, no parece una proyección del todo conservadora”.
A agosto han aumentado 6,5% real anual, apoyados por el cobre, entre otros, y los ingresos tendrían que mantener un ritmo similar al reciente en lo que queda del año para alcanzar la proyección oficial de ingresos (+6,8%), la cual ha sido revisada a la baja en cada uno de los Informes de Finanzas Públicas (IFP) desde octubre de 2024.
El gasto se ha incrementado 2,6% real anual a agosto, desacelerándose a lo largo del año. Será clave acotar el gasto hacia fines de año, justamente cuando hay un incremento estacional relevante.
Con todo, el déficit fiscal a agosto alcanza 1,6% del PIB, menor al 2,2% a la fecha en 2024, y los déficits en los últimos meses han sido la mitad que el año anterior. Alentador. Pero, alcanzar la proyección oficial de 2% del PIB implica que el déficit entre septiembre y diciembre debería limitarse a 0,4% del PIB, un esfuerzo significativo comparado con el 0,8% del mismo período en 2024. No tan alentador.
En este contexto, de acuerdo con el IFP más reciente, el déficit estructural este año alcanzaría 2,2% del PIB, doblando la meta inicial y nuevamente por encima de la meta revisada recientemente. Mala noticia, pero a esta altura lamentablemente no es una sorpresa. Lo habíamos alertado hace bastante tiempo…
Entonces, en relación con el Presupuesto de 2026:
1. Es una nueva oportunidad para demostrar nuestro compromiso con la institucionalidad fiscal y el cumplimiento de las metas, con prudencia en la proyección de ingresos y responsabilidad en el gasto.
2. El presupuesto 2025 discutido a esta altura de 2024 proyectaba un déficit de 1% para este año, la mitad de la proyección actual. Es fundamental que no tengamos nuevos desvíos tan pronunciados, en la ausencia de choques relevantes.
3. Así, sería una muy buena noticia que se cumpliera la proyección oficial de alza en ingresos de 4,7% en 2026, tras un alza esperada de 6,8% este año. O, dicho de otra manera, no parece una proyección del todo conservadora.
4. Sobre el gasto, las proyecciones oficiales consideran un crecimiento real anual promedio en 2026-2030 de 1,3%, contribuyendo a la pronta estabilización de la deuda pública. Pero, alzas del gasto coherentes con el promedio anual de 2010-2019 (4,9%), generarían mayores déficits, necesidades de financiamiento y deuda.
5. Entonces, un ajuste importante del gasto es imperativo, más aún si es que consideramos presiones derivadas del rápido envejecimiento de la población.
6. Abordar el deterioro de las finanzas públicas de manera adecuada y oportuna contribuiría a que Chile siga destacándose entre sus pares emergentes, manteniendo acceso a financiamiento en condiciones favorables, y la pronta estabilización de la deuda pública.