Cambio en dotación del sector minero

La evidencia estadística de los últimos años confirma que al interior de la actividad minera se ha venido verificando un claro proceso de ajuste en la dotación laboral del sector, el que se ha expresado tanto en la cantidad de trabajadores como en la composición de los mismos.

En efecto, tras haber alcanzado magnitudes peak en los años 2012 y 2013, lo que derivó en una fuerte presión sobre los costos, el año pasado el sector anotó una reducción de 19.000 puestos de trabajo, los que vistos en forma desagregada se explican principalmente por una baja en el número de colaboradores contratistas y también por una reducción, claro que de menor cuantía, en el número de trabajadores de planta.

El proceso de ajuste no puede leerse correctamente si no se considera que las presiones de costos (laborales, energéticos, burocráticos, etc) sumadas al proceso de disminución progresiva en el precio del cobre, configuraron un cuadro adverso que obligaba a reforzar las estrategias de contención de costos y mejora de la productividad.

Se trata de un panorama que no ha mejorado y que por lo mismo lleva a mirar con cautela lo que pueda producirse hacia adelante en materia de empleo sectorial. Proyectos aplazados o que enfrentan trabas, un cuadro de precios que se ha consolidado por debajo de las estimaciones que se manejaban a principios de año, la persistente incertidumbre en torno a variables internas e internacionales, son todos factores que confirman que los planes de ajuste y búsqueda de eficiencias se acentuarán en el sector, a menos que se potencien acciones que permitan activar los proyectos de inversión sectorial, reducir las trabas y los costos asociados a la energía.