Editorial

Davos, segundo año de pandemia

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n una reciente entrevista, el presidente del Foro Económico Mundial (WEF) —cuya reunión anual en Davos comenzó esta semana en modalidad virtual— sostuvo que la comunidad internacional daba la bienvenida a la decisión del nuevo gobierno de Estados Unidos de retornar a pactos globales como el Acuerdo de París y a organizaciones como la OMS, entre otros. Sin embargo, agregó que todavía existen enfrentamientos geopolíticos que hablan de “un mundo fracturado, ya veremos cómo la relación EEUU-China se desarrolla en los próximos años”.

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Hace un año, el entonces Presidente norteamericano se presentó en Davos destacando el poderío de la economía norteamericana y minimizando la relevancia de las fricciones comerciales con China. En la práctica, las diferencias en el plano comercial entre ambas potencias se convirtieron en una tensión geopolítica que, inevitablemente, terminó afectando al resto de las economías.

Hoy, cuando el mundo atraviesa la peor crisis económica que se recuerde, la necesidad de recuperar el dinamismo productivo y exportador —y por ende, de impulsar el consumo— hace que el enfrentamiento comercial entre las dos primeras economías del planeta sea especialmente costoso. Aunque China fue el único país cuya economía creció en 2020, su prosperidad actual y futura está estrechamente a la de las naciones con las que comercia y en las que invierte (y que también invierten en China, por cierto).

El propio WEF ha advertido que el impacto de la pandemia podría derivar en “agitación social, fragmentación política y tensiones geopolíticas”. Así, una nueva guerra fría entre Washington y Beijing —como algunos han llamado incorrectamente a la situación actual— sería todo lo contrario a lo que el mundo necesita para salir de esta crisis económica, además de sumarle otros problemas.

Por cierto que China y Estados Unidos continuarán intensificando su competencia y no sólo a nivel económico. Que lo hagan en un contexto de fragilidad mundial como el que ha provocado la pandemia vuelve aun más delicado el trabajo de la diplomacia.

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