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Editorial

El aterrizaje del nuevo Gobierno

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 16 de diciembre de 2025 a las 04:00 hrs.

Clave tras el contundente resultado obtenido por el Presidente electo, José Antonio Kast, en la segunda vuelta electoral fue su capacidad para interpretar las demandas ciudadanas en torno a seguridad, gobernabilidad y crecimiento. Esa conexión le permitió canalizar un malestar acumulado frente a una administración que no logró responder a las urgencias del país, y plantear un Gobierno de emergencia para actuar con celeridad y foco en materias que para los votantes son impostergables. No obstante, su implementación requiere también una cuidadosa gestión de expectativas. La presión por resultados inmediatos convive con las restricciones políticas e institucionales de un Gobierno que no contará con mayoría en el Congreso y deberá liderar una coalición heterogénea. El peso de la responsabilidad es alto, como ha reconocido el mandatario electo. Y la presión por resultados inmediatos es proporcional a la magnitud del apoyo obtenido.

La presión por resultados inmediatos es proporcional a la magnitud del apoyo obtenido.

En este contexto, la conformación del gabinete será una primera señal crucial. Más allá de los equilibrios políticos, lo que está en juego es la capacidad del futuro Gobierno para convocar equipos con probada experiencia técnica y conocimiento de la gestión pública. No se trata solo de nombres, sino de la arquitectura que sostendrá la operación del Estado. El hecho de que se esté trabajando desde ya en una hoja de ruta concreta, el Plan Desafío 90, con medidas para los primeros días de mandato, es también una señal positiva. Este plan, que incluirá acciones ejecutivas inmediatas, medidas de gestión y proyectos de ley, podría ser presentado durante la primera quincena de enero, antes que en procesos simlares.

Asimismo, la creación de un comité político con participación de los partidos que respaldaron a Kast, es un paso clave para articular consensos desde el inicio. Y también es relevante el tono político con que se ha dado inicio a esta transición. El trabajo con los partidos de Chile Vamos, Amarillos y Demócratas apunta a generar una coalición más amplia que la sola estructura del Partido Republicano, lo cual es una señal necesaria de apertura y búsqueda de gobernabilidad. Esta disposición a incorporar distintas miradas es clave para dar estabilidad y sostener una agenda compartida.

Y en esa misma línea puede leerse el viaje del Presidente electo a Argentina, apenas dos días después del balotaje. Más allá de su carácter simbólico, el encuentro con Javier Milei y las reuniones con empresarios argentinos y chilenos representan una señal clara de que el nuevo Gobierno buscará reforzar vínculos estratégicos en materia de comercio, inversión y lucha contra el crimen organizado. Es también una forma de marcar desde el inicio una agenda exterior promercado, con foco en alianzas público-privadas y en integración regional orientada a resultados.

El desafío es complejo y el tiempo, limitado. Kast llega con un mandato ciudadano fuerte, pero no con un cheque en blanco.

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