Empresas y capitalismo consciente

El empoderamiento ciudadano, la desafección y la desconfianza del mundo social hacia la empresa han conformado un nuevo ambiente en el cual se desenvuelve el mundo corporativo. Desde hace ya bastante tiempo las empresas han percibido que lo anteriores códigos con que hacían negocios y programaban sus proyectos no funcionan de la misma forma, ya que los llamados stakeholders o grupos de interés han adquirido un rol preponderante y una mayor capacidad de hacerse notar en las distintas etapas de su desarrollo.

La regulación estatal en distintos ámbitos, los consumidores, las comunidades aledañas y otros grupos de interés están exigiendo de la empresa códigos de conducta más elaborados, los cuales pasan a la larga por el desarrollo de modelos inserción que permitan compartir el valor creado. Se trata de un nuevo entorno que llegó para quedarse y al cual las compañías tendrán que adaptarse con miras a asegurar su vigencia en el tiempo.

Una de las formas de respuesta a esta realidad es la que plantea la noción de capitalismo consciente, el cual plantea que los negocios deben mirarse como un todo orgánico, como un ecosistema complejo y en permanente evolución, en donde la empresa tiene como fin la creación de valor para todos los stakeholders. Ello supone que las compañías cuenten con un liderazgo consciente, en donde los conductores de la empresa, sin desconocer sus fines fundacionales, entienden que la búsqueda de una legítima rentabilidad debe conciliarse con el ser un aporte a la sociedad, generando riqueza y agregando valor para todos los agentes envueltos en su operación y desarrollo.