Editorial

Estimaciones fiscales: constante deterioro

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En los últimos años la actualización de las proyecciones fiscales del gobierno realizada en julio ha traído malas noticias, lo cual se ha repetido en esta oportunidad, no obstante que la mejoría en el precio del cobre permitió reducir levemente la estimación de déficit efectivo, de un 3,3% del PIB a un 3,1%. Sin embargo, este sería el peor resultado fiscal desde la crisis de 2009, a pesar de haberse implementado una significativa alza de impuestos.

Si bien la mejoría del precio del cobre ha generado un alivio, es preocupante que en aquello que es función de políticas internas las noticias sean poco alentadoras. Primero, el Ministerio de Hacienda redujo la estimación de crecimiento del PIB de 2,25% a 1,5%, y la de demanda interna de 2,8% a 2,5%, a pesar de un gasto fiscal más expansivo de lo presupuestado. En efecto, el gasto estimado para 2017 es US$ 150 millones superior a lo presupuestado, lo que a la luz de las cifras de los cinco primeros meses se explicaría por gasto corriente, mientras se volvería a producir una subejecución del gasto en capital. En el período enero-mayo se ha ejecutado un 39% del gasto corriente presupuestado y sólo un 32% del gasto en capital.

En materia de resultado fiscal estructural, si bien con la metodología adoptada por este gobierno se cumpliría la meta de reducir el déficit en 0,25 puntos del PIB, lo cierto es que estamos aún muy lejos de recuperar una posición de equilibrio. El déficit estructural estimado para este año es de un 1,7% del PIB, levemente peor a la cifra estimada en la Ley de Presupuestos, de 1,5%. Sin duda, la reforma tributaria no cumplió el objetivo de eliminar el déficit.

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