Editorial

Fin a la restricción cambiaria en Argentina

  • T+
  • T-

Compartir

El presidente argentino, Mauricio Macri, cumplió más rápido con su esperada promesa de campaña de poner fin, tras una vigencia de algo más de cuatro años, a las restricciones que pesaban sobre el mercado cambiario.
A contar de ayer, los argentinos han recuperado la posibilidad de comprar y vender dólares libremente y el resultado, hasta ahora, ha sido uno previsto y considerado satisfactorio por las autoridades: una devaluación del peso en torno al 40% en las operaciones registradas en el Banco Nación y algo por encima de ese rango en las casas de cambio. Respecto del paralelo, la brecha de precios se redujo desde 48% a 3%.


El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, ha sido el encargado de liderar este proceso, asegurando a contrarreloj un paquete de financiamiento con varias fuentes para afrontar los desafíos que se abren con una determinación, si bien ya ampliamente anunciada previo a las elecciones, igualmente difícil y eventualmente riesgosa. En el primer día sin cepo cambiario, las medidas adoptadas por la nueva autoridad parecen haber dado resultado.


El fin a las restricciones cambiarias y permitir una devaluación significativa del peso eran medidas inevitables para ajustar las cuentas fiscales y externas argentinas, dañadas por años. Ahora una tarea ineludible para el gobierno será contrarrestar el impacto en los precios, tanto por la repercusión social que ello podría tener, sobre todo si aumenta el costo de la canasta básica, como por la meta mayor de controlar la inflación.
Una política antiinflacionaria creíble y con resultados concretos y rápidos requiere a su vez de disciplina en las finanzas y seriedad en los discursos.

Lo más leído