IPoM de diciembre: un cuadro más favorable
El último IPoM, conocido ayer, trae como noticia destacada que la evolución que está teniendo la inflación permite anticipar para el primer trimestre del próximo año su convergencia hacia la meta de 3% anual que guía la política monetaria del Banco Central, lo cual se esperaba que ocurriera con algunos trimestres de desfase. No hay duda de que la apreciación que se viene observando en el tipo de cambio está contribuyendo a acelerar el proceso de ajuste inflacionario.
Como consecuencia del exceso de liquidez que se inyectó en la economía con los retiros previsionales y con los subsidios entregados durante la pandemia, el nivel de precios (IPC) trepó a 12,8% en 2022. Y la tarea de hacer volver a su cauce el ritmo inflacionario ha sido ardua, que ha obligado el Banco Central a administrar la política monetaria con criterio restrictivo, manteniendo durante largo tiempo la tasa de interés en niveles elevados.
Las proyecciones de expansión para 2026 han mejorado y la tasa de inversión comienza a mostrar una evolución positiva.
De hecho, ésta llego en octubre de 2022 a 11,25% y permameció en ese nivel prácticamente un año, e iniciándose luego en forma paulatina -pero siempre cautelosa- un proceso de disminución, al punto que en su reunión del martes recién pasado el consejo dio un paso adicional, llevando la tasa a 4,5%, ya bastante cercana a lo que podría considerarse la tasa “neutral”. Queda así de manifiesto, una vez más, la importancia de contar con un Banco Central autónomo e independiente, que le permita operar al margen de cualquier presión política, sin otro norte que velar por la estabilidad del nivel de precios y por el normal funcionamiento del sistema financiero.
Pero el IPoM de diciembre también trajo otras buenas noticias. La estimación de crecimiento del PIB para 2026 subió el rango proyectado en 25 puntos base, quedando entre 2% y 3%, pero no se incorporaron cambios para 2027, manteniéndose entre 1,5% y 2,5%, en línea con el actual crecimiento potencial.
Donde sí se están observando cambios relevantes es en materia de inversión: las estimaciones sobre inversión bruta en capital fijo subieron este año de 5,5% a 7%, y para 2026 se ajustaron de 4,3% a 4,9%. De esta forma, la tasa de inversión crecerían desde el 23,5% del PIB alcanzado en 2024 a 24,6% en 2026. Si bien para recuperar un ritmo de expansión tendencial en torno a 4% se requeriría que la tasa de inversión se eleve por lo menos a 28% del PIB, la evolución que se observa es positiva.
La resiliencia que está mostrando la economía internacional en un cuadro global de incertidumbre ha sorprendido positivamente a los mercados, de manera que las expectativas están evolucionando favorablemente, lo cual es positivo para Chile, y especialmente para la minería. Y en el plano interno, aunque el triunfo de José Antonio Kast ya estaba internalizado, su ratificación en las urnas así como las primeras señales que se han entregado permiten anticipar un dinamismo de la economía mucho mayor.
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