Editorial

La economía ante un duro trance

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No cabe poner en duda el muy difícil cuadro que enfrenta la economía de Chile y que, con certeza, se volverá aun más complejo el próximo año, para tal vez comenzar un repunte recién a partir de 2024.

Las estadísticas entregadas por el Banco Central y el INE la semana pasada confirmaron la preocupante tendencia que ya se observaba hace un tiempo, determinada por la alta inflación, el fin de los estímulos fiscales en pandemia, el bajo crecimiento y una inversión estancada. Así, mientras el ingreso disponible de los hogares creció un 3,6% en el segundo trimestre respecto de igual período en 2021, el consumo lo hizo un 18,1%. Con una tasa de ahorro que se redujo a 0,2% del producto y una inversión que no crece, los hogares aumentaron su necesidad de financiamiento, a la vez que también aumentó el endeudamiento de las empresas.

A esto se agrega que, a consecuencia de la inflación, los salarios reales totalizaron 11 meses de caída consecutivos hasta agosto pasado, acumulando una baja de 1,8% en lo que va del año. Junto a un escenario en que hubo un nuevo récord de nuevos jubilados en agosto, pero con un descenso de 22% en el monto promedio de las pensiones autofinanciadas, se entiende el desplome 44,7% en la cantidad de créditos hipotecarios otorgados.

El contexto internacional tampoco es auspicioso, con un riesgo de recesión para al menos un tercio de la economía global, según advirtieron ayer el FMI y el Banco Mundial. Las mayores tasas de interés de la Fed norteamericana, los efectos de la guerra en Ucrania sobre la zona euro (como el mayor precio del gas) y la significativa desaceleración económica en China configuran un panorama en extremo desafiante para las economías emergentes.

"El margen para errores o políticas imprudentes es consecuentemente mucho más reducido para las autoridades económicas".

Desde la perspectiva de Chile, entonces, el margen para errores o políticas imprudentes es consecuentemente mucho más reducido para las autoridades económicas. Y eso significa que también lo será, necesariamente, para las autoridades políticas. Un área en la que está enteramente en sus manos dar señales de certidumbre es la seguridad y el orden público; por lo tanto, tal vez éste debiera ser un foco de atención preferente.

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