Nuevo ministro de Energía

El gobierno designó ayer a Jorge Bunster como nuevo ministro de Energía, cargo que había quedado vacante tras la renuncia de Rodrigo Alvarez, episodio que no sólo generó revuelo político, sino que también preocupación por los pocos avances concretos que se han producido en materia energética durante la actual administración.

El nuevo secretario de Estado, director de la Direcon hasta ayer y ex ejecutivo de larga data al interior del grupo Angelini, tiene una labor complicada por delante. Y ella pasa primero que todo por recuperar la credibilidad del gobierno en materia energética, dado que si bien se han realizado anuncios relevantes -como es el caso de la Estrategia Nacional de Energía en febrero pasado-, la crítica desde el sector privado apunta a que no se han dado los pasos para saber cómo se llevará a la práctica dicho plan.

El país exhibe una fragilidad en energética real, que puede derivar en una crisis en los próximos dos años debido a la falta de inversiones, la judicialización que ha envuelto a ciertos proyectos y el crecimiento de la demanda. Por tanto, el nuevo ministro tiene ese mismo plazo -que es lo que le resta al gobierno para terminar su período- para adoptar medidas que alejen tal posibilidad. Desde el punto de vista de los privados, la principal misión del secretario de Estado debería ser la de encontrar un mecanismo que permita acelerar la concreción de nuevos proyectos.

Pero la interrogante que se abre ahora es si al ministro le alcanzarán estos dos años para adoptar medidas que efectivamente modifiquen el actual panorama energético del país para no afectar de paso la competitividad del país.