Paro nacional en Argentina y expectativas inflacionarias
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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, sufrió la semana pasada el segundo paro nacional de su gobierno. Las escenas de calles vacías se repitieron no sólo en Buenos Aires, sino que se extendieron a las principales provincias del país, y los dirigentes sindicales estimaron el nivel de adhesión en cerca de 95%, aunque se debe reconocer que las imágenes de las ciudades desiertas reflejaban principalmente el efecto de la paralización del transporte.
Uno de los principales motivos para la convocatoria, además de las preocupaciones sobre la seguridad, es el aumento de los precios. Aunque el dato oficial vigente en 2013 afirmó que la inflación del año pasado fue de 11%, el Congreso estimó una cifra más bien cercana a 30%, lo que ubica a Argentina como la cuarta economía con mayor inflación a nivel mundial, detrás de Venezuela, Sudán e Irán. Un nuevo indicador debutó este año, más elevado que el anterior, pero aún debajo de las estimaciones de los privados.
El gobierno ha defendido sus cálculos incluso ante el FMI. Pero, pese a todo, el último paro confirma que la percepción de la gente en la calle no coincide con sus cifras. Una señal seria, considerando que el control de la inflación es en gran medida un tema de expectativas.
