Racionamiento eléctrico

El Ministerio de Energía estimó ayer como altamente probable que en los próximos días, a más tardar el 30 de abril, se proceda a renovar nuevamente el decreto de racionamiento eléctrico preventivo para el Sistema Interconectado Central (SIC), medida que el presente gobierno puso en vigencia en la primera mitad de febrero de 2011 con el propósito de disponer de una batería de medidas extraordinarias para hacer frente al ya prolongado cuadro de complejidad que se observa en el plano energético.



Al momento de dictar la medida, el presidente de la República recordó al país los cortes de electricidad que se registraron a fines de los años 90 y señaló que con este tipo de acciones se busca evitar la reedición de situaciones como la señalada. En los hechos, el decreto de racionamiento preventivo se puede resumir en dos medidas gruesas: la disminución de hasta un 10% en la tensión de voltaje con que se distribuye la energía y la imposición de restricciones al uso de las aguas embalsadas que se destinan a la generación eléctrica.

Si bien este anuncio se justifica dada la persistencia de un bajo nivel de precipitaciones en el país y el hecho de que subsisten muchos de los factores de fragilidad que hoy cruzan al sistema eléctrico, en el sector privado no han cesado las voces que claman por señales de fondo contundentes que junto con dar mayor seguridad al sistema -disminuyendo la ocurrencia de apagones como los vividos durante los últimos días y semanas-, permitan corregir el enorme impacto competitivo que supone para las empresas del país tener costos de la energía extraordinariamente altos en el contexto de la región.