Recaudación por impuestos específicos

Según un análisis preparado por Diario Financiero con cifras del Servicio de Impuestos Internos (SII), los gravámenes específicos al combustible, el tabaco y la minería recaudaron poco más de 
US$ 4.300 millones durante el año pasado, lo que representa un aumento de US$ 1.300 millones frente al monto registrado en 2009.



De los tres, ciertamente el más importante en términos de montos es el de los combustibles, que aportó US$ 2.000 millones en el año tributario 2011, seguido por tabacos y la actividad minera. De forma bastante clara, las cifras demuestran la importancia que tiene para el Fisco la recaudación proveniente de estos impuestos y, en especial, el específico a los combustibles.

De ahí que, en el contexto de la discusión de la reforma tributaria, no sorprendan tanto el celo de las demandas de parlamentarios y dirigentes de sectores de distinto color político -incluyendo a la UDI- para rebajar o eliminar el impuesto a los combustibles, como la cautela que ha mostrado el gobierno frente a un gravamen que a la luz de los datos exhibidos se ha consolidado como una de las más efectivas herramientas de recaudación fiscal. De hecho, capta más del monto que se anticipa para la reforma tributaria.

Lo anterior cobra una relevancia en especial en momentos en que las autoridades han sido elocuentes en anticipar un mayor impacto en el país de la catástrofe de deuda en la zona euro en este segundo semestre, aún cuando las últimas cifras dadas a conocer tanto por el Banco Central como por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran un vigoroso ritmo de la actividad económica y del consumo, con una inflación en trayectoria descendente.