Editorial

TPP11: sin más dilaciones

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No deja de ser llamativo que sea sólo el nuevo contexto político surgido del rechazo a la propuesta constitucional hace un mes lo que ha dado espacio para que la oposición haga valer su actual mayoría en la Cámara Alta en favor de aprobar el TPP11, que finalmente se votará el próximo martes 11. Esto, luego de cuatro años sin avances, pese a las numerosas solicitudes del anterior Ejecutivo para darle urgencia a la tramitación del tratado transpacífico.

En el ambiente de opinión pública posterior al “estallido” de 2019, el TPP11 fue incluido por la oposición de entonces -hoy oficialismo- en la lista de cosas que Chile debía rechazar para hacerse cargo del espíritu refundacional encarnado por la Convención Constitucional y sus partidarios. El contundente rechazo a ese espíritu en el plebiscito del 4-S volvió a poner al tratado en agenda, al punto de que el propio Gobierno se ha abierto a darle curso, aunque poniendo como condición la aceptación de las llamadas “side letters” enviadas a los países que integran el pacto.

Las “side letters” se limitan al ámbito específico del arbitraje de controversias; no son una vía indirecta de canalizar otras críticas.

El propósito dilatorio de estas cartas es evidente. Por un lado, las respuestas pueden tardar meses, como ya han hecho ver algunos países. Por otro, su única función es lograr que Chile sea exento de los mecanismos de resolución de controversias que contempla el tratado -Nueva Zelanda ha hecho lo propio-, algo de por sí discutible, pero que de ningún modo representa el rango de críticas que plantean los detractores del pacto (incluyendo, cuando era diputado, el Presidente Boric).

Tanto el Senado como el Gobierno deben aceptar que las “side letters” se limitan al ámbito específico del arbitraje y la resolución de controversias, y que no son una vía indirecta para volver a poner en tabla otras materias que ya fueron discutidas en su momento, con el objeto de dilatar aun más la aprobación de este estratégico tratado.

Los socios de Chile no entenderían -probablemente, ya no entienden- que nuestro país continúe postergando su decisión respecto del TPP11. Un tratado, cabe señalar, al que están haciendo esfuerzos por sumarse economías desarrolladas como Corea del Sur, Reino Unido y Taiwán.

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