¿Un país sin gobierno o un país sin gobernabilidad?

Luego del estancamiento en las elecciones de diciembre, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se presentará esta semana ante el congreso para intentar formar gobierno en España, aunque las probabilidades están en su contra. El jefe de gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que tuvo la primera opción y ya fracasó una vez, ha dicho que podría volver a intentarlo, pero en privado se le ha oído decir que probablemente habrá nuevas elecciones en junio.

Hasta ahora, la parálisis política no ha tenido serias consecuencias en España, que terminó 2015 con un crecimiento de 3,2% y que ha mantenido un sólido ritmo de expansión en los primeros meses de 2016.

Después de todo, lo más importante para el funcionamiento de un país es contar con buenas instituciones. Un ejemplo es Bélgica, que tiene el récord tras permanecer acéfala por más de un año, sin grandes problemas.

Pero a medida que el entorno externo sigue deteriorándose y aumenten los temores por una salida de Reino Unido de la Unión Europea, la incapacidad para formar gobierno comienza a parecer un síntoma más grave del desencanto de la sociedad y la desorientación de los dirigentes. Si la tendencia se mantiene más allá de junio los riesgos aumentarán.