Opinión

LUF: plataforma de exportación de servicios financieros

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Imagen foto_00000001Imagen foto_00000002Probablemente usted ya sabe que la minería representa cerca del 60% de nuestras exportaciones. Pero, ¿sabía usted que esta proporción no es muy distinta a la de hace 100 años? Y si bien nuestra matriz exportadora se ha diversificado en las últimas décadas, sigue estando fuertemente concentrada en recursos naturales. Tal vez por esto muchos afirman que el desarrollo requiere dar el paso hacia exportaciones con mayor valor agregado.

Nuestro país, siendo un mercado relativamente pequeño, pero abierto al resto del mundo, tiene el potencial para ampliar sus exportaciones. Los servicios financieros es precisamente una de esas áreas donde Chile ha ido desarrollando ventajas comparativas que pueden ser un potente pilar de desarrollo futuro, convirtiéndose en una gran exportación no tradicional.

Chile tiene indicadores del primer mundo en estabilidad macroeconómica, estado de derecho y regulación. Así lo atestigua la reciente mejora en la clasificación de riesgo de Chile que nos sitúa entre los 20 mejores a nivel mundial. El país cuenta, además, con intermediarios sofisticados y una infraestructura financiera bien desarrollada. En suma, tenemos ventajas regionales inigualables para transformarnos en una plataforma internacional y en un centro financiero en Latinoamérica.

Sin embargo, estas capacidades no estarán lo suficientemente explotadas mientras nuestro mercado no logre atraer a inversionistas extranjeros. El caso de la industria de administración de activos de terceros es ilustrativo. A diciembre de 2012, tenía activos bajo su administración por cerca de US$ 50.000 millones (aproximadamente 18% del PIB), pero con casi nula participación de inversionistas extranjeros.

Para que ello pueda materializarse se requiere ordenar la dispersa regulación actual en materia de administración de fondos de terceros, contar con normas que apunten a reducir costos, ampliar y mejorar la oferta de fondos e incentivar la participación de inversionistas en estos mercados. El gobierno está convencido de la necesidad de realizar una reforma profunda. Es lo que propone el proyecto de Ley Única de Fondos (LUF), iniciativa en línea con los compromisos adoptados por Chile al ingresar a la OCDE en orden a potenciar la internacionalización e integración financiera de nuestro mercado de capitales.

A través de este proyecto de ley se busca modernizar y sistematizar la regulación aplicable a esta industria, otorgar nuevas herramientas de supervisión de la actividad de gestión y comercialización de fondos, generar un marco regulatorio para la administración de carteras individuales y establecer incentivos que permitan promover la competitividad e internacionalización de la industria.

LUF fue aprobado la semana pasada en la Cámara de Diputados con apoyo transversal. Un paso esperanzador para la discusión en el Senado en aras de convertir definitivamente a Chile en una plataforma regional en la prestación de servicios financieros y de administración de fondos. Y, de paso, contribuir a hacerlo menos dependiente de sus históricos recursos naturales.

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