Es un momento en que el freno de la economía, el clima de desconfianzas o la catástrofe bursátil en Shanghai quedan a un costado y el foco es uno solo: la meta. Se trata de destacados empresarios y ejecutivos que competirán este domingo en el Herbalife Ironman 70.3 Pucón, la “carrera más linda del mundo”, como se denomina en el circuito. Ellos se cuentan entre el récord de más de 1.600 inscritos de la prestigiosa competencia, organizada por el Club Deportivo de la Universidad Católica.
Los empresarios han logrado ganar tiempo para entrenar en una disciplina tan demandante y sólo lo atribuyen a un infinito amor por el deporte. Todos, sin excepción, fueron atletas en sus colegios y mantienen el mismo entusiasmo.
El gerente general de Paz Corp e ingeniero civil, Ariel Magendzo, cuenta que a los 18 años fue campeón nacional de natación y que por casi una década se dedicó a esta disciplina.
Tras ello, y por sus actividades empresariales, estuvo un tiempo sin hacer deporte hasta que “entró con todo” y el triatlón le pareció altamente desafiante. Ya ha corrido pruebas no sólo en Chile, sino también en Brasil y Hawai. Hoy llega a Pucón (categoría 50-54 años) dispuesto a superar sus registros, precisando que “lo principal es terminar la prueba, llegar a meta”.
Un herededo
Rodrigo Gras, director de Empresas Socovesa, fue siempre un deportista activo desde cuando era estudiante. Tras pasar por largo tiempo por el running se decidió por el triatlón, que se convirtió en una pasión, porque “es muy completo y te exige física e integralmente”. Esta será su sexta vez en los 70.3 de Pucón.
De profesión constructor civil, en la universidad participó en maratones y tras ello se decidió por el triatlón. A la fecha ha corrido cinco Ironman y siente que tiene cuerda para rato. Pero reconoce que lo que más contento lo tiene es que su hijo Andrés ya compite en triatlones en la categoría 12-13 años, con muy buenos resultados. Ambos estarán en esta nueva versión.
Como buen ingeniero, Patricio Hornauer, presidente de la Constructora e Ingeniería Hornauer, tiene programado su calendario de competencia en triatlones para el 2016. Hasta el 2007 corría maratones y decidió dar el “gran salto” –cuenta-, y a la fecha ya ha competido en cuatro Ironman y clasificó para el de Sudáfrica en abril próximo.
Dedicado casi totalmente al triatlón, tras una dilatada trayectoria en el mundo empresarial, Hornauer intervendrá en la categoría 55-59 años. “Hoy mi meta… es la meta”.
Una sensación indescriptible
El ingeniero civil Marcos Nicolaides y director de Nicolaides S.A., con presencia en la industria petroquímica, vitivinícola y energía solar, se apresta a competir en la categoría 55-59. Como la gran mayoría tuvo una transición entre las maratones, habiendo estado en las principales del mundo -Berlín, Boston, Chicago, París-, y cuando tuvo una rebelde lesión le aconsejaron que nadara. De la natación se subió también a la bicicleta. Desde hace 3 años está en la rama de triatlón de la UC.
“Ha sido una experiencia total, porque a diferencia de las maratones, donde los impactos los recibes en un tren del cuerpo, con el triatlón es más equilibrado, y tanto el tren superior e inferior trabajan”, dice Nicolaides. Este será el tercer Pucón en su cuerpo y ya está inscrito para intervenir en junio próximo en Boston. Su meta no es solo llegar a la meta, sino también bajar de las 5 horas y 16 minutos que registró el año pasado.
El doctor en Economía de las universidades del Desarrollo y Babson College de Estados Unidos, Pedro Arriagada, tiene en su bitácora haber corrido en el debut del triatlón que hubo en Chile en 1984. “Fue casi como un chiste y ya perdí la cuenta de las triatlones en las que he estado”, señala el académico y empresario hotelero.
Arriagada intervendrá en la categoría 60-64 años y cuenta que el mayor placer que siente es “llegar a la meta… los tiempos ya no me preocupan”.
El principal sponsor del Ironman 70.3 de Pucón es la compañía Herbalife, cuyo gerente general, el ingeniero comercial José Arias, cuenta que “si participábamos como el principal auspiciador de la prueba, habría sido una inconsecuencia no haber estado presente”.
Desde entonces “Pepe” ha sido un activo animador del triatlón a pesar de dos graves accidentes que ha tenido en bicicleta entrenando. Su llegada al triatlón fue una derivación que partió en el atletismo escolar, el fútbol y el esquí universitario. “Tengo claro que estoy muy lejos de los élite, pero llegar a la meta es una sensación indescriptible”, concluye.
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