Hay molestia e indignación entre los bancos con Nicolás Ibáñez. El empresario está instalado en Londres y no ha pisado suelo chileno hace meses: sabe que acá no será bien recibido en el mundo financiero.
La semana pasada Papa John’s Chile, la franquicia de la compañía estadounidense, inició un proceso de reorganización judicial para hacer frente a sus pasivos acumulados y resolver estructuralmente su situación financiera.
La deuda con los bancos se calcula en $ 53.000 millones y BTG Pactual es uno de los más afectados: el 46% de los pasivos provienen de un crédito que el banco hizo a Papa John’s Chile en septiembre de 2021 y del cual la empresa de pizzas debe $ 28.769 millones.
Los demás acreedores son Banco de Chile ($ 6.915 millones), Banco Santander ($ 5.424 millones), Banco Bice ($ 5.146 millones), BCI ($ 2.508 millones) y Banco Security ($ 4.148), quienes por estos días contactan abogados para que los representen en el proceso.
Para todos la delicada situación financiera de la pizzería fue una sorpresa. La empresa, que fue valorizada en junio del año pasado en US$ 380 millones por el Grupo Arcano en España -quien hoy es uno de sus acreedores internacionales-, había generado entre 2020 y 2021 un Ebitda sobre US$ 40 millones, fue la compañía que más dinero donó a la Teletón de la Solidaridad de 2020 y que financió parte de los primeros ventiladores que la CPC y el gobierno trajeron a Chile durante la crisis sanitaria.
“Fue una de las empresas que más ganó durante la pandemia, y ahora se tiraron al suelo pidiendo ayuda. Sorprende lo que pasó con la generación de caja, el nivel de deuda, la pérdida de valor y las malas decisiones”, comenta un actor del mercado que sigue de cerca los episodios de los últimos días.
Desde febrero de 2022 que la firma venía negociando un crédito sindicado para ordenar los pasivos de la franquicia chilena. Fuentes que siguen el proceso aseguran que estaba todo listo para firmarlo el 16 de diciembre. Sin embargo, dos días antes uno de los bancos se bajó del acuerdo y al día siguiente, otro.
“La compañía ha tenido un aumento de costos como todas las empresas de Chile y el mundo, y se acercó pidiendo reprogramar sus créditos. Hubo total disposición, otorgamos plazos, se aumentaron montos y cuando se le pidió que aportara algo no estuvo dispuesto, tiró el mantel y se fue a reorganización”, dicen conocedores de las tratativas con los bancos.
Era la única alternativa, añaden cercanos al proceso, quienes explican que Drake no tenía la liquidez para resolver el problema. Pero según los bancos, fue una salida inesperada. La ley de Reorganización y Liquidación de activos de Empresas y Personas (Ley 20.720) entró a regir en 2014 para permitir a empresas y personas en crisis financiera, salir de su situación de endeudamiento y reemprender a través de herramientas legales. El caso de Nicolás Ibáñez, comentan en el mundo financiero, es diferente: sí tiene patrimonio para pagar sus deudas.
Aunque cercanos al empresario matizan: dicen que él no es dueño de Papa John´s y que la propiedad de la franquicia chilena depende del endowment que hizo hace 20 años atrás cuando creó Drake.
Dividendos y expansión en Londres
El secreto a voces que circula entre los acreedores y ligados al caso, es que Nicolás Ibáñez decidió retirar dividendos y traspasar los dineros a las sociedades aguas arriba para la expansión de la franquicia de pizzas fuera de Chile, además de negocios personales.
Así queda en evidencia en los estados financieros entregados como anexos al 26° Juzgado Civil de Santiago, donde se ingresó el proceso de ARJ: en 2021 se destinaron $ 42.036 millones a un préstamo con empresas relacionadas y en 2022 se informa un dividendo de $14.435 millones.
Una movida que podría ser cuestionada legalmente por algunos entendidos en operaciones entre empresas relacionadas. Sin embargo, cercanos al proceso de reorganización dicen que efectivamente el crédito con BTG Pactual permitía que las platas salieran de Chile.
Éstas, precisan, se usaron para pagar la compra de Londres y expansión internacional a través de Drake Food Services International (DFSI). “Chile siempre había financiado la operación por ser el ejercicio más antiguo y maduro”, agregan.
Drake Food Services (DFSI) compró en marzo de 2021 el 60% de la empresa dueña de la franquicia de pizzas de Londres al empresario Raheel Choudhary, con 60 locales en la capital de Inglaterra. Pero Ibáñez y Richard Kouyoumdjian, quien llegó a presidir Drake Chile en agosto de 2021 y quien se hizo cargo de Papa John´s en febrero de 2022, querían expandir el negocio en UK.
Según señalan quienes conocieron esa operación, desde Papa John´s Chile habrían salido alrededor de US$ 40 millones para la compra de 40 locales nuevos en Londres, con lo que hoy suman un total de 100. Pero el negocio no tuvo un buen desempeño.
Según personas ligadas al proceso de reorganización, esos problemas hoy estarían resueltos. “En conjunto con Papa John’s UK (Master Franchise de UK) Drake Food Services le ha ido dando la vuelta a ese mercado. Más que el problema del financiamiento de esa compra, el problema estuvo en una economía británica con un muy mal desempeño”, advierten.
Pero se podría abrir un nuevo flanco. Cuando compraron a Choudhary, se pactó con él un put, es decir, una opción de compra de parte del grupo chileno en caso de que el empresario inglés quisiera salir del negocio. Éste ya anunció que lo ejercería y el plazo es este 31 de diciembre, pero no han logrado llegar a acuerdo.
“Estamos negociando con él una extensión del plazo, ya que la operación comprada no ha rendido los frutos esperados. Las negociaciones las está conduciendo Richard Kouyoumdjian directamente. No va a pasar nada el 31 de diciembre y la negociación se va a alargar a enero de 2023”, explica una fuente que conoce estas tratativas.
El cambio de timón
Pero más allá de los problemas financieros en Londres y en el mercado chileno, producto de la alta inflación y el mayor costo de las materias primas, en el mercado también se comenta que parte de la crisis coincide con el cambio de timón que hizo Nicolás Ibáñez en la administración de Papa John’s.
La llegada de Kouyoumdjian a la presidencia de Drake Chile significó un recambio del equipo que había empezado a formarse bajo el alero, primero de Silvio Rostagno, quien salió de la empresa a fines de 2017, y luego del abogado Alberto Eguiguren, quien fue por años la mano derecha de Ibáñez y quien salió de la compañía en octubre del año pasado para dedicarse a su estudio Eguiguren & Russi y a otros negocios.
Primero salió Javier Aránguiz, el CEO de DFSI, quien fue reemplazado por Ignacio Astete; luego Javier González, gerente de Papa John’s en España; Andrés Maza, gerente de Finanzas de Drake Chile y también Pablo Bas, gerente de Finanzas Corporativo del holding.
En paralelo, se cerró el directorio de Drake Chile en el que estaban Claudio Inglesi de Altis; Gerardo Álamos, Nicolás Ibáñez Varela (hijo); el abogado Alberto Eguiguren y Jaime Besa.
Hoy, solo Drake Enterprises AG, el holding basado en Suiza, tiene directorio, compuesto por Olivier Weber como presidente, Raphael Cica, Edmundo González, Nicolás Ibáñez Varela, Jaime de la Barra, Richard Kouyoumdjian, Joseph Healey y Nicolás Ibáñez Scott. Fue este grupo, aseguran conocedores del proceso, el que tomó la decisión de pedir la reorganización judicial.
“(Kouyoumdjian) ha tomado malas decisiones y le ha ido mal. Por eso renunciaron todos los gerentes, no se atreve a decirle que no a Nicolás”, dice una persona que conoce el tejemaneje interno de la empresa. Y entre los acreedores existe la misma sensación. “Ha estado muy mal asesorado por este ejecutivo. Qué sentido tiene pedir la reorganización judicial, realmente no se entiende”, dice una persona de la banca.
Quienes conocen al ex gerente general de Indumotora dicen que no es así. Señalan que desde febrero de 2022 está focalizado en la reestructuración de la deuda, la caja y la liquidez. Agregan que en junio pasado determinó no entrar a Puerto Rico y Holanda, y que ha cortado las inversiones para cuidar la caja. “Había que sacar a Iberia de una situación débil, después toco arreglar UK y ahora es el turno de Chile”, explican.
Kouyoumdjian se formó en la Escuela Naval, y luego de estudiar un MBA en la Universidad Católica siguió una carrera corporativa. Trabajó en Citibank, Corpbanca e Indumotora, desde donde pasó a Drake. A Nicolás Ibáñez lo conoció en sus años de preparación para reservista naval, y con el tiempo se fue ganando su confianza. Ambos comparten el interés por temas de seguridad y defensa. Hoy, el ejecutivo es además vicepresidente del centro de estudio AthenaLab, la fundación creada por el exdueño de Lider, enfocada en temas de relaciones internacionales.
¿Perder la licencia?
La gran pregunta que ronda hoy entre acreedores, consumidores y ejecutivos relacionados al mercado de comida rápida es qué pasará con la franquicia chilena y si hay riesgo de que Drake pueda perderla.
Conocedores de las cláusulas, dicen que si Papa John’s Chile no logra llegar a acuerdo con los bancos, la matriz internacional le quitaría la licencia. “Es muy probable que ello suceda en un caso de que se llegara a una liquidación, pero todo indica que más temprano que tarde habrá un acuerdo de reorganización judicial y que la liquidación por ahora no es una opción”, menciona una persona cercana al proceso que actualmente sigue la firma.
Otros se preguntan si el hecho de que la administración haya decidido cambiar los ingredientes de las pizzas, para abaratar costos, podría también afectar las cláusulas. Pero cercanos a la firma afirman que para modificar la receta original se contó con la autorización de Papa John’s Internacional.
“Papa John’s tiene procedimientos y certificaciones que se siguen en estos procesos, y aquí se hicieron todos. Hemos buscado reducir la cantidad de ingredientes importados y reemplazarlos por locales. Ya pasamos del 90% de ingredientes importados a 70%, y vamos camino al 50%. Esto permite un mejor uso del capital de trabajo y además permite el desarrollo de proveedores locales”, señalan las mismas fuentes.
Desde los bancos acreedores hay inquietud: a nadie le conviene que la empresa caiga, dicen. “Hay esperanza en que (Nicolás Ibáñez) permita que tengamos un acuerdo razonable. No queremos que nos pague, sino que avale la reprogramación con alguno de sus holdings. Entendemos que hay apertura hoy día. En estos momentos malos se ve el carácter de la gente”, dice una persona relacionada a los bancos.
Pero, por lo mismo, no entienden que se haya tomado la decisión de ir a reorganización. “A esta compañía le prestaron plata, en parte, porque estaba Nicolás Ibáñez detrás. Cuando le das crédito a una empresa que depende de una franquicia gringa que no tiene activos fijos, es la persona y su patrimonio lo que te resguarda. Y eso es lo increíble de esto: en este gallito con los bancos él está destruyendo su nombre, su reputación”, concluyen.
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