Cornejo: “Los problemas del gobierno no se solucionan sólo cambiando Interior”

Una mañana agitada vivió ayer el mundo político local y, en particular la DC, tras conocerse la renuncia del ministro del Interior, Jorge Burgos. Uno de sus representantes y ex presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo, conversó con DF sobre el escenario que plantea este ajuste en el gabinete y lo que espera de Mario Fernández.

- ¿Cuánto puede influir en el devenir del gobierno este cambio?

- Tengo una gran amistad y respeto intelectual por Mario Fernández, es una persona de una larga trayectoria en distintos gobiernos nuestros y, desde esa perspectiva, es inobjetable y asume en un momento muy complejo para el gobierno y la coalición. Por tanto, las expectativas que todos tienen de la gestión del ministro Fernández son muy altas y los problemas que tiene el gobierno no se solucionan sólo cambiando al ministro del Interior.

- ¿Debiera venir un cambio más global?

- Debiera venir un cambio más profundo y, además, con una coalición completamente desordenada, sin un rumbo claro, con un gobierno confuso por decisiones que ha venido tomando en el último tiempo -el mejor ejemplo y el más reciente el tema de la reforma constitucional en materia laboral-, el ministro del Interior tiene una tremenda pega.

- ¿Cómo recibió la decisión de Burgos?

- Nos tomó a todos por sorpresa. Respeto las razones que Burgos pueda haber esgrimido. He hablado con él y me ha dicho que está muy cansado, muy complicado de salud. Pero nos tomó por sorpresa, porque para nadie es un misterio que el gobierno está pasando por un mal momento.

- ¿Las relaciones entre la DC y el gobierno no deberían cambiar puesto que sale y entra un DC?

- Seguimos manteniendo en el gobierno al ministro del Interior, pero estamos hablando de dos personas completamente distintas y, al menos de la DC, va a tener todo el respaldo, porque sabemos que asume en un momento muy complejo en el país, en el gobierno, en la coalición, en los partidos de la Nueva Mayoría.

- Desde la oposición aprovechan esta instancia para enviar mensajes a la DC, ¿se siente arrastrado?

- Anoche (martes) los diputados de la DC tuvimos una cena con una larga conversación política y hay unanimidad en que nuestro domicilio político sigue siendo la Nueva Mayoría, una coalición de centroizquierda; y seguimos absolutamente resueltos a respetar el compromiso que tenemos de estar en el gobierno hasta el último día y respaldar al gobierno de Bachelet. Ahora, que hay críticas muy fuertes de parte de los diputados DC respecto de la gestión, de la conducción política, de los errores políticos que se han cometido en el último tiempo, claro que las hay.

- El jefe de bancada decretó la muerte de la NM.

- Sí, pero las explicaciones que dio el martes nos parecieron suficientes. Él señaló que no quiso expresar nunca que la NM dejaba de existir, no tengo por qué no creerle a pesar de los titulares de los diarios. Pero esa no es la cuestión de fondo.

- ¿Y cuál es?

- No es un misterio, estamos preocupados porque el gobierno no lo ha hecho bien, ha cometido muchos errores. La responsabilidad no está radicada sólo en el gobierno, también en los partidos, en las bancadas y todos tenemos que enmendar rumbo. Y no vamos a salir de las dificultades que tenemos sino de manera conjunta.

- ¿Cuánto cree que afectó en la renuncia de Burgos que el presidente de la Cámara insistiera en ir al TC por la agenda corta?

- Con todo el cariño que le tengo a Osvaldo Andrade, creo que cometió un grave error. Una persona de sus características políticas, una persona experimentada que ha sido presidente de partido, presidente de la Cámara en la actualidad, no puede cometer ese error. Y esos errores son los que contribuyen al desorden en las bancadas, al voluntarismo de algunos de querer hacer cosas independientemente de calibrar si eso perjudica o no al gobierno, a la coalición. Lo de Osvaldo Andrade fue una mala contribución.

- ¿Podría ser la gota que colmó el vaso para Burgos?

- No lo sé, no tengo ese dato, pero ese tipo de acción naturalmente que debe provocar preocupación no sólo en Burgos, sino también en la propia Presidenta.