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Educación: la llave del Tesoro

Tomás Flores Economista, Libertad y Desarrollo

Por: Tomás Flores | Publicado: Martes 26 de julio de 2022 a las 04:00 hrs.
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Tomás Flores

La estimación del premio salarial o retorno -tanto privado como social- de la educación formal en sus distintos niveles, es un ámbito de investigación de larga tradición en economía, considerando la sustancial relevancia en las decisiones de política pública del análisis de la eficiencia y efectividad de la inversión en capital humano, tanto desde el punto de vista privado como por parte del Estado. También el diseño y evaluación de programas en materia educacional como en la potencial ampliación de la cobertura o apoyo al financiamiento y la organización de reformas a la educación en sus distintos niveles, esto es, preescolar, escolar y superior.

Pues bien, el Instituto Nacional de Estadísticas entregó los principales resultados de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2021, que fue levantada en el último trimestre del año pasado, donde se da cuenta de la evolución de los ingresos de los ocupados subdivididos en distintas categorías. Allí se revela que las personas que lograron completar la educación media obtienen un salario promedio de $ 455 mil al mes, lo que sube a $ 1.036.000 si el trabajador obtuvo un grado universitario, mientras que el que tiene un postgrado alcanza un sueldo promedio de $ 1.812.000.

“El incremento de la capacidad de ingresos estables está íntimamente relacionado con la acumulación de capital humano y es la verdadera clave hacia la movilidad social”.

De esta manera, tomando como base la educación media, obligatoria en Chile, un universitario recibe un premio en su salario equivalente a 2,2 veces el salario de un egresado de enseñanza media, es decir, más que duplica lo que hubiera obtenido de haber llegado solamente hasta cuarto medio, mientras que, a su vez, el postgrado genera un incremento de salario de 1,7 veces lo obtenido por un universitario.

Al analizar la expansión de la matrícula en educación superior se puede apreciar el efecto de este premio salarial, en donde entre 2018 y 2022 los matriculados en el pregrado aumentaron en 2%, mientras que en postgrado el incremento fue de 16% y en los postítulos en 30%. Si bien los alumnos en pregrado tuvieron una expansión sustancial en los años previos, debemos considerar que estos premios salariales van cambiando en la medida que el stock de estudiantes en cada categoría comienza a incrementarse sustancialmente.

Efectivamente, para el caso de la educación superior, el estudio de Klapp y Candia de 2016 da cuenta de un premio salarial o retorno decreciente en el tiempo, y para ello basta recordar que la matrícula en pregrado en 1990 era de solamente 245 mil estudiantes, lo que sube a 436 mil una década después, alcanzando a 940 mil en 2010 y finalmente a 1.012.000 en 2022. Tal como se puede apreciar, la variación entre 2010 y 2022 es mucho más modesta que la observada en las décadas anteriores, a pesar del inicio de la gratuidad en educación superior a partir de 2016.

Sin duda, el incremento de la capacidad de ingresos estables está íntimamente relacionado con la acumulación de capital humano y es la verdadera llave del tesoro hacia una movilidad social que se hace notoria al observar los nuevos alumnos que son primera generación de su familia en acceder a la educación superior. Así, el análisis de estos resultados y su evolución en el tiempo son sustancialmente relevantes para concentrar los recursos escasos en un sector educacional en donde todas las necesidades son urgentes.

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